Con esta iniciativa, se reduce la sustitución de los bosques de pino, encino y mesófilo que se encuentran en las inmediaciones de Tingambato, además de mitigar la tala inmoderada.
A la par, explicó Ricardo Luna, las mujeres habitantes de la comunidad indígena de Santiago Tingambato cuentan con un proyecto productivo para la generación de recursos propios, con lo que se impulsa su empoderamiento económico y se tiene un impacto favorable en la disminución de violencia de género.
Refirió que se trata de la segunda oportunidad en la que desde el Fondo Ambiental, se incentiva el cultivo comercial de geranio por parte de mujeres, siendo en 2016 la primera vez que este instrumento, creado para captar las aportaciones de aguacateros propietarios de huertas en predios forestales que se integraron al acuerdo para la protección de los bosques y la sustentabilidad de la agricultura, financió un proyecto de esta naturaleza.
María Laura Morales, responsable del proyecto, explicó que las 14 integrantes del grupo obtienen en promedio 2 mil plantas de geranio por año, cifra que esperan incrementar en el corto y mediano plazos gracias al incentivo captado.
“Estos apoyos nos ponen contentas y agradecidas, porque nos motivan a seguir adelante, ayudar a cuidar el medio ambiente y procurarnos recursos propios para nuestra manutención y de nuestras familias”, afirmó María Laura Morales.