La Agencia Nacional de Seguridad Industrial y de Protección al Medio Ambiente del Sector Hidrocarburos (ASEA) ha revelado que Petróleos Mexicanos (Pemex), la empresa petrolera estatal de México, ha sido responsable de contaminar al menos 38 sitios en distintas regiones del país con derrames de hidrocarburos durante el período comprendido entre 2015 y 2022.
Los estados más afectados por estos incidentes, donde Pemex ha sido señalado como responsable, son Baja California con 8 sitios en emergencia ambiental, seguido de Sinaloa con 7 y Veracruz con 5.
En Baja California, los municipios de Tecate y Tijuana fueron los más afectados con 6 y 2 derrames reportados, respectivamente, ambos ocurridos en el año 2016.
La ASEA define un sitio con emergencia ambiental como aquel identificado por las propuestas de remediación evaluadas por la agencia en cuestión.
De los 402 registros de sitios contaminados por derrames de hidrocarburos reportados por la ASEA entre 2015 y 2022, Pemex es responsable de 38 casos, mientras que transportistas y ferrocarriles también se atribuyen algunos incidentes. Los transportistas acumulan 362 sitios contaminados en dicho periodo, mientras que los ferrocarriles solo reportan 2.
La contaminación resultante de estos derrames afectó aproximadamente 325,038 metros cuadrados entre 2015 y 2020, según el informe de la ASEA.
El incidente más reciente de derrame de hidrocarburos relacionado con Pemex ocurrió en Ek Balam, área perteneciente al complejo de Cantarell, y según especialistas de Greenpeace México, existen preocupaciones sobre la falta de transparencia en este suceso. Se estima que alrededor de 1.5 millones de barriles de petróleo fueron derramados, cubriendo aproximadamente 400 kilómetros cuadrados sobre el Golfo de México. Expertos comparan este derrame con el desastre de Deepwater Horizon y calculan que la remediación podría costar cerca de 10,000 millones de euros, tomando en cuenta que el accidente de Deepwater Horizon tuvo un costo cercano a los 27,000 millones de euros.
Especialistas en medio ambiente advierten que este derrame tendrá graves y diversos impactos en la fauna que habita la región afectada, contaminación en especies de consumo y en las comunidades que dependen de actividades turísticas o pesqueras. Aunque los ecosistemas son resilientes hasta cierto punto, existe un límite en el cual los impactos no pueden ser recuperados con rapidez.
Además, se ha señalado que este derrame no es un caso aislado en la zona de Ek Balam, ya que anteriormente se han detectado otros derrames de hidrocarburos que no fueron informados públicamente por parte de Pemex.
Expertos y organizaciones ambientalistas coinciden en que es necesario abrir el debate sobre la transición a energías limpias en México. Se critica que Pemex continúa invirtiendo en infraestructuras fósiles como gasoductos, en lugar de apostar por fuentes de energía limpias y renovables, lo que demuestra una falta de adaptación a las demandas cambiantes del mercado y a la necesidad global de combatir el cambio climático.
El derrame de Ek Balam se ha convertido en un llamado de atención para que las autoridades y empresas en México trabajen en una ruta clara de transición energética y adopten prácticas más sostenibles para proteger el medio ambiente y reducir su impacto en el ecosistema y las comunidades afectadas.