Paridad en todo: 50-50 en la toma de decisiones
Yurisha Andrade Morales*
El 6 de junio de 2019 se publicó en el Diario Oficial de la Federación la reforma a la Constitución Política de nuestro país para que exista paridad en todos los cargos de toma de decisiones públicas. La reforma establece que la mitad de los cargos de decisión política sean para las mujeres en los órdenes de gobierno federal, estatal y municipal, en los tres poderes de la Unión (Ejecutivo, Legislativo y Judicial), en órganos autónomos, en las candidaturas de los partidos políticos, así como en la elección de representantes ante los ayuntamientos en los municipios con población indígena. Esto se conoce como paridad en todo o paridad transversal, lo que constituye un avance en la generación de igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres en el acceso al poder político.
A partir de las reglas establecidas en la reforma, todas las entidades federativas y el gabinete federal integrarán sus órganos y secretarías con 50% mujeres y 50% hombres. Para la elección de las 200 diputaciones y las 32 senadurías, de acuerdo al principio de RP y el Sistema de Listas, se constituirán conforme al principio de paridad, y serán encabezadas alternadamente entre mujeres y hombres en cada periodo electivo.
En el ámbito municipal los ayuntamientos se integrarán por un presidente o presidenta municipal y por el número de regidurías y sindicaturas que la ley determine, de conformidad con el principio de paridad. Además, este principio se incluye en la elección de representantes ante los ayuntamientos con población indígena.
Algunos de los retos para garantizar la paridad de género en el proceso electoral 2020-2021 serán garantizar que los pueblos y comunidades indígenas observen el principio de paridad de género en la elección de sus representantes ante los ayuntamientos. Este es un gran desafío, ya que las comunidades indígenas se rigen bajo sus propios usos y costumbres.
Otro reto estriba en generar una efectiva participación política de las mujeres coadyuvando para que puedan ejercer una vida política en condiciones de igualdad y seguridad; lograr un adecuado ejercicio del principio de paridad de género en todos los órganos públicos, partidos políticos y cargos de elección; contar con personal sensible y capacitado en relación con el tema de paridad y violencia política de género, lo que permitirá que en casos de incumplimiento de la norma el personal pueda actuar de una forma eficaz y con perspectiva de género.
Durante más de un siglo, las mujeres mexicanas han protagonizado batallas que buscan reconocimiento pleno de sus derechos políticos que ahora cristalizaron en una reforma con logros sin precedentes. Sin embargo, aún se requieren cambios estructurales para que tengan una participación paritaria real y efectiva. Erradicar totalmente la discriminación y la violencia es uno de ellos; adoptar medidas para la conciliación de la vida laboral y familiar, es otro. El reto es grande, pero es el momento adecuado para implementar las acciones que materialicen los cambios constitucionales y legales para impedir que se vuelvan letra muerta.
Las elecciones del año próximo serán el escenario ideal para continuar esta contienda histórica, pues como sabemos a nivel nacional se renovarán 500 diputaciones federales, 15 gubernaturas, mil 63 diputaciones locales, mil 926 presidencias municipales, dos mil 122 sindicaturas, 15 mil 107 regidurías y 635 juntas municipales, que suman un total de 21 mil 368 cargos de elección popular. Lo ideal será que no solo en la postulación de las candidaturas se registre la paridad, sino que la ocupación real de los cargos sea en distribución paritaria entre hombres y mujeres, eso será lo que en realidad materialice la reforma.
Después de 67 años que logramos el voto universal de las mujeres mexicanas ahora estamos llamadas a consolidar la paridad en todo. Disponemos del andamiaje normativo e institucional para lograrlo, no se trata de una concesión gratuita del poder tradicional y machista que ha predominado en el pais, se trata de una conquista legítima que exige de nuestra convicción, preparación y talento. Impulsemos una nueva cultura que elimine de una vez todos los obstáculos que impidieron nuestra participación transgrediendo abusivamente nuestros derechos y demostremos nuestras capacidades y talento.
Buscamos participar en condiciones de igualdad en la toma de las decisiones y en la ocupación de espacios de poder no para beneficiarnos en lo individual de ello, sino para demostrar que podemos apoyar la transformación de las condiciones que hoy laceran a nuestra sociedad. El reto está en lograr un compromiso social y político que haga posibles condiciones de inclusión, de igualdad y de respeto a los derechos de las mujeres y de los grupos en condición de marginación.
* Magistrada Presidenta del Tribunal
Electoral del Estado de Michoacán
@YurishaAndrade