EL DERECHO A LA CIUDAD
Morelia y la Presa de Cointzio
Por Salvador García Espinosa.- Desde la mitad del siglo pasado, se ha presentado un significativo crecimiento poblacional en el mundo, que no sólo ha incrementado la demanda de agua dulce, sino que de forma simultánea ha propiciado mayor contaminación y deterioro en las fuentes de agua, así como en su calidad, reduciendo notablemente la disponibilidad de este líquido en el planeta
El reto actual es tanto en términos del abastecimiento de agua potable y del saneamiento a todas las comunidades y grupos sociales, como en términos del adecuado uso del recurso a fin de que no deteriore los ecosistemas. Así quedó demostrado a partir de septiembre de 2015, cuando los líderes mundiales adoptaron un conjunto de objetivos globales para erradicar la pobreza, proteger el planeta y asegurar la prosperidad para todos como parte de una nueva agenda de desarrollo sostenible, plasmada en los Objetivos de Desarrollo Sostenible, conocidos como ODS, y uno de los 17 objetivos corresponde a “Agua Limpia y Saneamiento” pues la escasez de agua afecta a más del 40% de la población mundial y se prevé que esta porcentaje aumente. Más de 1,700 millones de personas viven actualmente en cuencas fluviales en las que el consumo de agua supera la recarga.
De entre las metas establecidas para el ODS señalado, propone para el año 2030, “mejorar la calidad del agua reduciendo la contaminación, eliminando el vertimiento y minimizando la emisión de productos químicos y materiales peligrosos, reduciendo a la mitad el porcentaje de aguas residuales sin tratar y aumentando considerablemente el reciclado y la reutilización sin riesgos a nivel mundial…. y…al 2020, proteger y restablecer los ecosistemas relacionados con el agua, incluidos los bosques, las montañas, los humedales, los ríos, los acuíferos y los lagos”
México tiene actualmente una baja disponibilidad de agua per cápita además de una desigual distribución regional y estacional del agua dulce, lo que dificulta su aprovechamiento bajo esquemas sostenibles. Para el caso particular de la ciudad de Morelia, el Programa Municipal de Desarrollo 2018-2021, señala que las principales fuentes de abastecimiento de agua para la ciudad, provienen en un 37.71% de acuíferos subterráneos y el resto de manantiales superficiales de entre los que destacan el conocido como La Mintzita y del que se extrae un 36.10%, la presa de Cointzio cuya extracción representa el 23.01% de lo que se consume en la ciudad y el 3.18% de otros manantiales.
Es de subrayar que de acuerdo con estos datos, el 59.20% de alguna que se consume en Morelia proviene del manantial de la Mintzita y de la presa de Cointzio, ambos ubicados al sur poniente de la mancha urbana. La presa fue construida en 1940 y posteriormente ampliada, su extensión actual de aproximadamente 500 hectáreas, pero su cuenca es mucho más amplia de casi 650 km2, dentro de los cuales obviamente se ubica la Mintzita. Es decir, que todo lo que acontece en el territorio en este territorio determina la calidad de agua ahí almacenada.
En este contexto resultan preocupantes los cambios de uso de suelo que acontecen en el entorno de ambos cuerpos de agua, pues se observa que algunos bosques naturales han sido sustituido por huertas y otros cultivos, que propician al momento de las lluvias, los escurrimientos pluviales concentre agroquímicos y demás elementos contaminantes.
De igual forma, se observa que el crecimiento urbano de la ciudad se extiende en los entornos de ambos cuerpos de agua, no sólo con uso habitacional, que podría considerarse el menos dañino, sino incluso con uso industriales. En todos los casos, las descargas de aguas residuales pudieran estar contaminando la calidad del agua almacenada, además de las substancias que se utilicen en los procesos industriales o de almacenamiento que ahí se tienen.
Con base en lo anterior, se considera impostergable que se genere sobre esta zona en la que se ubican Cointzio y La Mintzita, estrategias de ordenamiento ecológico del territorio (OET), que garanticen la calidad de agua. Se menciona el OET, pues es el instrumento estratégico del desarrollo sustentable que tiene implícito un cambio estructural que permite modificar el comportamiento económico y social para garantizar la continuidad de las actividades humanas, de forma tal, que se puedan maximizar los beneficios netos del desarrollo, manteniendo los servicios y la calidad del capital natural.
Si bien, en el asunto de las atribuciones legales, complica el panorama de actuación, pues lo forestal y lo hídrico corresponden a las instancias federales y en algunos casos a las estatales. Sin embargo, es responsabilidad ineludible del Ayuntamiento, de acuerdo con la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, el autorizar, controlar y vigilar la utilización del suelo, en el ámbito de su competencia, en sus jurisdicciones territoriales, así como otorgar licencias y permisos para construcciones y participar en la creación y administración de zonas de reservas ecológicas y en la elaboración y aplicación de programas de ordenamiento en esta materia.
Se considera que para el Ayuntamiento de Morelia, debe ser una prioridad generar o fortalecer la estrategia que garantice restringir el crecimiento urbano sobre el entorno de la presa de Cointzio y el manantial de La Mintzita, pues constituyen en la actualidad una riqueza invaluable que de no cuidarse para garantizar su permanencia y calidad, se convertirían en la principal amenaza para el desarrollo y crecimiento futuro de la ciudad.