El voto electrónico avanza. El análisis de la Dra. Yurisha Andrade Morales

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El voto electrónico avanza

Yurisha Andrade Morales*

La historia del voto electrónico indica que Bélgica fue país pionero en la implementación del voto electrónico desde 1989, usando tarjetas de banda magnética para grabar datos a través de una pantalla táctil y un lápiz óptico. Desde entonces, el desarrollo tecnológico en materia de telecomunicaciones ha permitido que las sociedades y las democracias modernas avancen significativamente en todos los campos del quehacer cotidiano. Los procesos electorales no están exentos de esta realidad y, por ello, el voto en urnas electrónicas se ha naturalizado en muchos países, siendo los casos de India y Brasil dos de los ejemplos de éxito más relevantes.  

            México tiene precedentes importantes en entidades federativas que, previo a la reforma electoral de 2013-2014, utilizaron modalidades de voto electrónico de carácter vinculante tanto en elecciones constitucionales como en distintos ejercicios de participación ciudadana, que demostraron viabilidad técnica y legal cumpliendo con los principios fundamentales de la función electoral. Las experiencias recientes podemos encontrarlas en elecciones locales de Coahuila, Ciudad de México, Jalisco e Hidalgo.

            Así, en Coahuila se registra el uso de urnas electrónicas en las elecciones de gobernador, diputados y ayuntamientos de 2005, de diputados en 2008, de ayuntamientos en 2009, de diputados en 2020 y de diputados y ayuntamientos en 2021. En Jalisco en los comicios para diputados y ayuntamientos de 2009, mientras que, en 2012 para dos diputaciones locales y 43 municipios, así como para diputados federales en 2021 con 50 urnas electrónicas que igual recibieron votos de diputados locales y ayuntamientos. En CDMX la urna electrónica se colocó, con diversas modalidades, en las elecciones de 2003, 2006 y 2009.

            En el ámbito federal el INE aprobó, por primera vez, implementar una prueba piloto no vinculante en tres distritos, con instrumentos electrónicos durante las elecciones del 7 de junio de 2015. Posteriormente, el 16 de diciembre de 2019, se emitieron lineamientos para instrumentar el voto electrónico vinculante en casillas de las elecciones de Coahuila e Hidalgo celebradas el 18 de octubre de 2020; y para las elecciones intermedias de 2021 en distritos de Coahuila y Jalisco, con 50 aparatos electrónicos en cada una de estas entidades.

            Sabemos, también, que las autoridades jurisdiccionales han determinado, en diversas ejecutorias, que es legal utilizar urnas electrónicas para recibir y contabilizar el voto ciudadano, señalando que no se vulneran los principios constitucionales que rigen la función electoral ni se desvirtúan los atributos del voto. Entonces, si los precedentes avanzan en favor de la implementación del voto electrónico lo que en México falta es una regulación que posibilite su utilización generalizada en forma gradual con el consenso de todas las fuerzas políticas.

            No obstante, la aplicación del voto con medios electrónicos continuará su desarrollo durante los comicios locales de 2022, dado que el INE, el pasado 26 de enero, aprobó utilizar 50 urnas electrónicas en las elecciones de Aguascalientes y 50 en las de Tamaulipas, con el objetivo de dar continuidad a la acumulación de experiencia institucional en diversos entornos, que sigue incluyendo el componente de la pandemia que todavía aqueja al planeta.

Como lo he reflexionado en diversas ocasiones, considero que el voto electrónico en México, presencial con el uso de urnas electrónicas o por vía remota con la aplicación de una plataforma de internet, puede significar un avance notable en la organización de nuestros comicios. Una ruta que luce pertinente para abaratar costos y disminuir riesgos, tanto de las elecciones como en la organización de los mecanismos de democracia directa, dado que permitiría recibir y contabilizar los votos con mayor rapidez y certeza.

Otra vez hay que hacer un llamado para que los partidos y sus grupos parlamentarios se acerquen la información necesaria y los diagnósticos técnicos que permitan la mejor toma de decisiones. La viabilidad del voto electrónico para modernizar y agilizar las votaciones depende de que los actores políticos incorporen esta modalidad en la legislación y de que las autoridades electorales realicen pruebas de mayor alcance.

*Magistrada del Tribunal Electoral del Estado de Michoacán

@YurishaAndrade