6 de junio un día después: Los resultados
Yurisha Andrade Morales*
El debate en torno a las pasadas elecciones es parte esencial de nuestra riqueza democrática. Las expresiones de pluralidad, aún las más críticas, son un signo inequívoco de la madurez política que hemos alcanzado como sociedad. Los diferentes puntos de vista acerca de los resultados que las fuerzas políticas han conseguido, nos permiten afirmar que México es un país de enorme vigor cívico que de nuevo apostó por decir no a la violencia y tuvo a las y los cudadanos en las urnas para decidir con el poder de su voto.
En una sociedad autoritaria no es posible encontrar en los medios de comunicación posiciones divergentes. En una sociedad antidemocrática, se impone un pensamiento único. Afortunadamente, este no es nuestro caso. El análisis de los expertos, antes, durante y después de la jornada de votación, cada uno con enfoques particulares, nos permite hacer un balance propio y forjar nuestra percepción de quienes fungen como nuestros representantes o pretenden serlo.
El pasado 6 de junio, los ciudadanos y las ciudadanas que residimos en el interior del país salimos a elegir, mediante voto libre y secreto a quienes ocuparían alguno de los 20 mil 415 cargos en disputa. Quienes, por alguna razón, radican en el extranjero, hicieron lo propio entre el 21 de abril y el 10 de mayo, aquellos que optaron por la vía postal, o entre el 22 de mayo y el mismo 6 de junio, los que lo hicieron por la modalidad electrónica.
En una valoración inicial destaca la participación de la ciudadanía. Esta elección intermedia es, junto con la histórica de 1991, la que más ha logrado disminuir el porcentaje de abstencionismo. Según los datos preliminares, ejercieron este derecho alrededor de 49 millones, 151 mil 320, el 52.66% de electores de los poco más de 93 millones inscritos en el listado nominal. En el caso de Michoacán, conforme a las actas computadas, la participación ciudadana fue de 49.69%
Desde 2003 las elecciones intermedias, en las que se renueva la Cámara de Diputados y, en este caso, también, gubernaturas, congresos locales y ayuntamientos, se caracterizaron por una baja asistencia a las urnas. Esta participación supera en más de cinco puntos porcentuales las de 2015 y evidencia un mayor interés ciudadano por definir a nuestros representantes y gobernantes.
El segundo punto a destacar tiene que ver con la emisión de votos nulos o votos para un ciudadano no registrado. No es un asunto menor que un ciudadano decida anular su boleta o prefiera poner un nombre distinto a los que aparecen. Como lo han demostrado diversos estudios, el voto nulo y el voto por un candidato alternativo son también expresiones de la voluntad política que, invariablemente, manifiesta un rechazo a las opciones y/o candidatos contendientes.
Así, en la jornada electoral pasada, hubo 41,597 personas que emitieron su sufragio por candidatos sin registro, casi igual al número de ciudadanos que lo hicieron por algún candidato independiente, 44,311. Por otro lado, de acuerdo con los cómputos distritales para diputados federales, hubo 1.6 millones que anularon su voto. Aunque es una cifra considerable y debería ser tomada muy seriamente por la clase política, ésta es mucho menor si se compara con otras elecciones intermedias.
Quedarán para la historia los triunfos como candidatos no registrados de Adán Calixto Guerra, quien con 442 votos logró ganarles a los candidatos de los partidos en la comunidad nahua de Ahuehuetitla, Puebla; y de Edgar Aarón Palomino, quien declaró caminar por todo el municipio pidiendo el voto sin recursos, ganó con 322 votos en Cucurpe, Sonora. Ambos demuestran que hay vías distintas que la democracia debe analizar y abrir para la mayor participación de líderes locales que son respetados en sus comunidades, pero son rechazados por los partidos.
Un tercer aspecto que es interesante mencionar, está relacionado con los cargos de elección popular que fueron ganados por mujeres. En términos generales, puede decirse que los resultados representan un avance significativo en el mapa político del país, en relación con la paridad de género.
En el caso de las 15 gubernaturas a renovar, los resultados en 6 entidades otorgaron el triunfo a candidatas: Baja California, Marina del Pilar Ávila (MORENA); Campeche, Layda Sansores (MORENA); Chihuahua, Maru Campos (PAN-PRD); Colima, Indira Vizcaíno (MORENA); Guerrero, Evelyn Salgado (MORENA) y Tlaxcala, Lorena Cuéllar (MORENA).
Para Michoacán, de los 112 ayuntamientos en disputa para el cargo de presidente municipal, las mujeres ganaron 24 de ellos, es decir, el 21%: Ario, Irma Moreno (PAN-PRI-PRD); Coalcomán, María Esquivel (PRD); Coeneo, Marcela Velázquez (PT-MORENA); Cotija, Yolanda Sánchez (PAN); Cuitzeo, Rosa Elia Milán (PT-MORENA); Churintzio, Alejandra Pimentel (PT-MORENA); Huiramba, María Rocío Domínguez (PRI); Jiménez, María Muñoz Ledo (PAN-PRI-PRD); Jungapeo, Norma Angélica Yáñez (PT-MORENA); Lázaro Cárdenas, María Itze Camacho (MORENA); Morelos, Xóchitl Campos (PT-MORENA); Nuevo Urecho, María del Carmen Carrillo (PT-MORENA); Penjamillo, Paulina Herrera (PAN-PRI); Cojumatlán, Ana Lilia Manzo (PT-MORENA); Salvador Escalante, Araceli Saucedo (PAN-PRI-PRD); Senguio, María Alejandra Vanegas (PT-MORENA); Susupato, Diana Laura Mondragón (PAN-PRI); Tanhuato, María Francisca Licea (PAN-PRD); Tingambato, Marisol López (PRI); Tingüindín, Glenda Mendoza (PVEM); Tiquicheo, Catalina Pérez Negrón (PES); Tocumbo, Evangelina Villanueva (PVEM); Venustiano Carranza, Yolanda Macías (PAN); Ziracuaretiro, Itzel Gaona (PT-MORENA).
Los resultados muestran un mosaico político plural en el país, con voto diferenciado de los ciudadanos. Efectivamente, en todos los comicios, siempre hay ganadores y perdedores, porque en democracia nadie gana o pierde todo para siempre. Lo importante ahora es que después de la contienda y de las tensiones políticas, los actores, ganadores y perdedores, mantengan un diálogo crítico que contribuya a resolver los problemas de la ciudadanía.
En lo que hace a las autoridades electorales y en particular, a los tribunales electorales, en esta etapa resolveremos con apego a la ley las impugnaciones e inconformidades correspondientes, favoreciendo con ello la resolución pacífica de las diferencias entre los actores políticos, con el fin de asegurar a todos, la plena justicia electoral.
*Magistrada Presidenta del Tribunal
Electoral del Estado de Michoacán
@YurishaAndrade