¿Y la Guardia Nacional? #Columna “El Histrión”

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Por Malli Hernández.- Hace 8 meses que México es gobernado para lograr en la historia del país una cuarta transformación, según el discurso insistente, repetitivo y cada vez ya menos sostenible del presidente Andrés Manuel López Obrador.

Tristemente, la cuarta transformación se está convirtiendo en una transformación de cuarta. Y números hay muchos, el 0.1% en la economía, los más de 8 mil despidos, los 17 mil 600 homicidios dolosos, por citar algunos.

En el tema de seguridad, nos anunciaron la conformación de la Guardia Nacional, como la corporación “salvadora”, sin embargo, estamos viviendo un contexto de violencia inaudito e insólito.

Y si no, ¿dónde ha estado la Guardia Nacional en los recientes hallazgos violentos en Veracruz y Michoacán?

Más de una veintena de cadáveres, asesinados por la delincuencia organizada, encontrados en dos municipios de estos estados del país, que sin duda ponen en jaque la efectividad de esta corporación, promesa de la #4T.

En el caso de Michoacán, incluso los presidentes municipales de afiliación Morena, se han negado a convenir la estrategia conjunta para atender los problemas de seguridad en sus demarcaciones, por considerar que próximamente llegará la Guardia Nacional a resolverles el problema.

Ya suman dos meses de la creación de la corporación y no han llegado los elementos prometidos, y los que ya están, de labores de proximidad con la ciudadanía no pasan, mientras que la sociedad urge la atención inmediata a la intranquilidad y zozobra generada por la delincuencia organizada.

Desde el momento del terrible hallazgo, sólo se ha visto activos a los policías estatales haciendo operativos y patrullajes para blindar la zona.

El día de la masacre, en Palacio Nacional privó el silencio. Fue hasta la mañanera del día siguiente, que el presidente fijó postura con la promesa de reclutar a más de 120 mil elementos de la Guardia Nacional, ¿cuándo?, no se sabe, mientras tanto el problema sigue.

Los abrazos no han parado los balazos, y la Cartilla Moral no ha surtido efecto. Los crimínales se siguen portando mal.