Solo hay dos registros audiovisuales en el mundo que muestran el momento íntimo en el que una ballena alimenta a su cría. El primero se grabó hace años en las aguas de Hawái. El más reciente fue captado en agosto de 2022 en el Golfo de Cupica, cerca a la ciudad colombiana de Bahía Solano, en el Chocó, y fue presentado al público esta semana en el Parque Explora de Medellín.
Las imágenes inéditas de la lactancia de una ballena jorobada y su ballenato abren nuevos escenarios de investigación científica, ayudan a generar conciencia en las comunidades sobre la necesidad de proteger los ecosistemas y sirven como insumo y herramienta para diseñar políticas públicas de conservación, tras más de 40 años de investigación de estos cetáceos.
Natalia Botero Acosta, bióloga de la Universidad de Antioquia, magíster y doctora en comportamiento animal y neurociencia en la Universidad del Sur de Misisipi y una de las investigadoras que captó el momento exacto de lactancia, describe así lo que se observa en el video: “Vemos cómo el ballenato desciende hasta donde su madre después de salir a la superficie a respirar. Estimula la zona genital de la ballena, las ranuras mamarias, y se pega a su madre para amamantarse”, explica en entrevista con EL PAÍS. En esta secuencia, que dura cerca de un minuto, se alcanza a ver cómo la leche queda dispersa en el agua.
Al final, la pequeña cría de casi 900 kilos regresa a la superficie para respirar, las imágenes del video, grabado en la recién declarada Reserva de Biosfera Tribugá-Cupica-Baudó, se lograron gracias a unos dispositivos de última tecnología con multisensores que se adhieren al lomo de la ballena como una especie de chupas.
En la cápsula que se pega al animal hay cámaras, termómetros, micrófonos y muchas otras herramientas para analizar la salud y el comportamiento de los mamíferos más grandes del mundo. Mar Palanca Gascón, bióloga de la Universidad de Valencia (España), magíster en biología evolutiva y cofundadora de la plataforma de turismo científico Madre agua, y quien también participó en el proyecto, cuenta cómo estos dispositivos permiten hacer un monitoreo detallado de los cetáceos. “Pudimos entrar en la intimidad de la vida de los animales que de otra manera no habría sido posible. Accedimos a un momento único”.
Miles de ballenas jorobadas llegan cada año a las aguas del Pacífico colombiano a hacer justamente esas tres cosas. “Aquí tienen lugar las funciones reproductivas de esta especie: la fecundación, el nacimiento y una parte crítica de la crianza de las crías”.
Por eso este corto video es tan importante para el estudio de la especie. Palanca Gascón cree que además del valor científico, las imágenes también tienen un impacto en las poblaciones que viven cerca de las zonas por donde transitan las ballenas. “Este registro audiovisual es muy poderoso para incidir en los comportamientos de las personas y ayudar a que cuiden los ecosistemas de las ballenas.