Este lunes por la noche, ha iniciado una nueva erupción fisural al norte de Grindavik, en Islandia, tras semanas de seísmos que obligaron a evacuar a la población.

El Servicio Meteorológico islandés no se pronunciaba sobre si la acumulación de magma que habían detectado los sensores había parado o continuaba acumulándose. Los terremotos habían parado lo que hace suponer que la erupción ha tomado por sorpresa a la población y las autoridades.