Velación, el momento más emotivo de la Noche de Muertos

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ace una parada en sus ocupaciones cotidianas para atender la tumba de su padre y de su hermano, pues “no es bueno olvidar a los que ya se fueron”, inician con tiempo estas labores, a fin de que el 2 de noviembre la familia se congregue únicamente a la conmemoración.

“Venimos todos juntos al panteón para rezar el rosario, traemos comida y estamos un rato, como en un día de campo, para convivir con mi santo padre y mi hermano, les arrimamos algo de lo que les gustaba, un traguito de tequila y unos tacos de birria, les ponemos la música de que disfrutaban y luego nos retiramos, es el ritual que hacemos, lo tradicional”, explicó.

Pétalos de flores de cempaxúchitl, nube, coronas y cruces de papel de seda y flores, incluso, algunos presentes, como globos y mantas donde se expresa la nostalgia por los que se fueron recubren las tumbas en el Panteón Civil, a la espera de la cita con las ánimas.

“Generalmente traemos flores y arreglamos la tumba de mis papás y mi hermana, venimos cada año el 2 de noviembre y también en sus aniversarios la mayor parte de la familia, para recordarles”, señaló Martha Santoyo.

El aroma y el color dorado de las flores ayudarán a que las almas sigan el camino hasta sus familias, quienes las recibirán con alimento y bebida para mitigar el cansancio por el largo recorrido, como una muestra de cariño entrañable, heredero de las tradiciones purépecha y judeocristiana que se entremezclan en una tradición única, la Noche de Muertos.