Por más de diez años, el gato conquistó el afecto de los habitantes de Estambul con su encantadora personalidad. Fue tanto así, que cuando partió, la ciudad erigió una estatua en su honor para mantener viva su memoria eternamente.
Tombili era un gato excepcional. Un adorable felino que durante once años vivió en armonía como un vecino más en la ciudad de Estambul. Tombili no tenía propietario. Tombili no pertenecía a nadie; pertenecía a todos. Su importancia en Estambul era tal, que incluso tenía su propia página de Facebook y hashtag.