La sequía ha golpeado duramente a la agricultura en el sur de Europa y ha causado un daño económico extraordinario en la España rural. Intercaladas con inundaciones severas, como las que azotaron Italia en mayo.
Son dos caras eternas de una misma cuestión, que la Comisión Europea considera consecuencia directa del cambio climático provocado por la quema de hidrocarburos fósiles, de los que la escasez o el exceso de agua es ya una de las graves consecuencias. del espectáculo.
Unos efectos del cambio climático agravados por ríos no dragados e incluso las construcciones en cursos fluviales desecados y en llanuras aluviales.
El avance de la sequía es mayor en la Europa mediterránea y especialmente en España donde el 75 por ciento de su superficie sufre ya algun riesgo de desertización según la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos.
La sequía se convierte en el ariete capaz de generar una crisis alimentaria con repercusiones económicas inmediatas.
