Rusia ha llevado a cabo un nuevo ataque masivo con misiles y drones contra diversos puntos de Ucrania, incluyendo la capital Kiev, en lo que ha sido el octavo ataque en lo que va del mes. Según el ejército ucraniano, las defensas aéreas locales, equipadas con sistemas occidentales como los Patriot, lograron derribar los 18 misiles y nueve drones, incluyendo seis misiles hipersónicos Kinzhal, considerados una de las armas más potentes y modernas del ejército ruso, capaces de viajar a velocidades diez veces superiores a la del sonido y recorrer 2.000 kilómetros. No obstante, Moscú sostiene que ha ocurrido lo contrario y que uno de esos misiles ha destruido un sistema antiaéreo Patriot, además de otros objetivos. Aunque existen discrepancias en la versión de los hechos, el ataque ha sido descrito como “excepcional por su intensidad”. El alcalde de Kiev, Vitali Klitschko, informó que al menos tres personas resultaron heridas por los restos de un misil derribado, que provocó un incendio. El lunes, Rusia afirmó haber movilizado uno de sus aviones de combate sobre el mar Báltico para interceptar dos aviones militares, uno francés y otro alemán, a los que acusó de intentar “violar la frontera” del país. La situación en la región sigue tensa y estos ataques recientes han aumentado las preocupaciones sobre una escalada del conflicto entre Rusia y Ucrania. La comunidad internacional ha condenado estos actos de agresión y ha instado a una solución pacífica y diplomática para poner fin a la crisis.
