Un perrito llamado Macho estaba paseando con su dueño por las calles de San Petersburgo, Rusia, cuando súbitamente empezó a empujar a su dueño hacia el medio de un matorral, en un terreno baldío.
El dueño intuitivamente fue hasta el terreno y se encontró con la bebé en el suelo. “Me sorprendió cuando vi a la recién nacida. Ella estaba moviendo las piernas, pero estaba en silencio”, contó el dueño, un anciano ya jubilado, en una entrevista para la prensa local rusa.
Entonces tomó a la pequeña y la llevó con el guardia del parque que había visto minutos antes. Llamaron a la ambulancia y la encaminaron hasta el hospital.
De acuerdo con el equipo médico responsable de la recién nacida, que pesaba sólo 2,2 kilogramos, llegó al hospital luchando por su vida. Y si hubiera demorado más para que fuera encontrada, ella no hubiese sobrevivido. “Ella estaba con hipotermia y falta de oxígeno”, contó uno de los médicos a la policía rusa. La policía inició una búsqueda para encontrar a la madre de la recién nacida, e iniciar una investigación para descubrir si fue ella quien abandonó a la pequeña en el bosque.