Las familias de migrantes han improvisado un campamento temporal en el puesto de control en Tapachula, en la frontera entre México y Guatemala, mientras esperan someterse a las autoridades migratorias y ser trasladados a la ciudad de Tuxtla Gutiérrez, capital del estado de Chiapas, en el sur de México.
Desde el 11 de mayo, cuando se levantó la norma conocida como “Titulo 42” que permitía a Estados Unidos expulsar automáticamente a los migrantes, muchos de ellos han optado por entregarse voluntariamente y han establecido un campamento a la sombra de los árboles, a la espera de la tramitación de sus documentos.
En este campamento temporal, las familias de migrantes han colocado casas de campaña para resguardarse, lavan su ropa en un arroyo cercano y han improvisado un tendedero en una cerca de alambre de púas para secar su ropa.
La situación de estas familias refleja las dificultades y precariedades a las que se enfrentan los migrantes durante su tránsito por la región. La falta de recursos y condiciones adecuadas hace que tengan que buscar soluciones improvisadas para satisfacer sus necesidades básicas mientras esperan el proceso de regularización y traslado a su destino final.
Es importante destacar que esta situación pone de manifiesto la importancia de abordar de manera integral y humanitaria la problemática migratoria, brindando apoyo y protección a las personas que se encuentran en situaciones vulnerables y promoviendo soluciones sostenibles y respetuosas de los derechos humanos.
Las autoridades mexicanas, junto con organizaciones internacionales y locales, continúan trabajando para atender las necesidades de los migrantes y garantizar un proceso ordenado y seguro en su tránsito por el país.