México requiere un Gobierno justo y prudente

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Morelia, Mich.-Malditos aquellos que con sus palabras defienden al pueblo, y con sus acciones lo traicionan, dijo sabiamente Benito Juárez, un Presidente que en su niñez fue pastor, y que al parecer, lo siguió siendo hasta el final de sus días. Quienes tienen oídos que oigan.

Hoy, en este siglo, el mundo ha cambiado mucho, la comunicación se ha vuelto muy veloz y nada está oculto bajo el sol… las sagradas escrituras dicen en Proverbios capítulo 29 versículo 2: “Cuando los justos dominan, el pueblo se alegra; más cuando domina el impío, el pueblo gime”

Que quiere decir, que no debemos dejarnos llevar por el “carisma” de un gobernante, ni por el discurso bonito, ni por los ofrecimientos que en última instancia pueden ser demagogia.

Los requisitos para elegir a quienes nos gobiernen deben ser muy claros, debe ser un hombre, justo, entendido, prudente, y que no se situé por encima de la Ley. Su función es proteger a sus gobernados contra todo aquello que perjudique sus legítimos intereses.

En México tenemos a un presidente que hizo 45 promesas en campaña, al menos son las más destacadas; en su tan difundida cuarta transformación, sostuvo que estaba comprometida en acabar con la corrupción; se antepondría el beneficio de los pobres sobre los intereses de grupos de poder; se instauraría y mantendría un “auténtico Estado de Derecho”; y haría que los precios de las gasolinas bajarán.

Hoy sostenemos, que el gobernante de una nación, debe saber gobernar. Debe ser un hombre entendido y prudente. Decía Lyndon Johnson que “la tarea más difícil de un Presidente, no es hacer lo correcto, sino saber qué es lo correcto”.

Un buen gobernante es un hombre comprometido con la justicia; “la justicia engrandece a la nación; más el pecado es afrenta de las naciones”. Un buen gobernante es un hombre que no se sitúa a sí mismo por encima de la ley.

Hoy en México, no vemos a un Presidente prudente y justo, todo lo contrario, sus declaraciones matutinas rayan en la locura… Ésta en contra de su pueblo, de esos a quienes tiene que cuidar y proteger; ha hecho comentarios que lastiman que contra de doctores, de ingenieros, arquitectos, empresarios y periodistas, por citar algunos…

Su Gobierno y su Transformación de 4ª, se ha ocupado más en criticar que en construir, sus conferencias parecen más de un bufón que de un conductor y líder de una Nación. Es momento de pensar en la revocación de mandato. Se requiere con urgencia en el país de cordura y prudencia.

Sus argumentos cada vez tienen menos peso, estaba en contra de la militarización del país, y ahora ha tenido que tragarse sus palabras, porque el Ejército ya ésta en las calles y su Guardia Nacional, ha sido un fiasco, gastos innecesarios en equipo, uniformes y balizamiento de camionetas. Al igual que el rescate de Pemex, instancia que se ha convertido en un barril sin fondo.

Lo triste, es que cada día da de que hablar, pero de manera negativa. Ya que sus ocurrencias y palabrerías, ofenden y agreden a la mayoría de los mexicanos y mexicanas; dejamos el tema para la reflexión, sin apasionamientos, sin partidismos, sino en el interés de que a nuestro país le vaya bien.

Es justo y necesario… Hasta la próxima, amigas y amigos.