Los ecosistemas marinos como los manglares, marismas y pastos marinos otorgan múltiples beneficios y servicios que contribuyen a la mitigación y adaptación ante los impactos del cambio climático, al secuestrar y almacenar grandes cantidades de carbono, denominado carbono azul, de la atmósfera y los océanos.
El carbono azul es el que se acumula en la biomasa viva, es decir, en las hojas, ramas, tallos y raíces de las plantas, pero también en la biomasa no viviente, como puede ser hojarasca y madera seca.
A diferencia de los ecosistemas terrestres en los que el carbono azul queda secuestrado por periodos relativamente cortos -años o décadas-, en los ecosistemas marinos, el carbono puede quedar atrapado por periodos muy largos, desde siglos hasta miles de años, lo que da lugar a la concentración de grandes cantidades.
El Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático señala que estos ecosistemas pueden almacenar hasta mil toneladas de carbono por hectárea, mucho más que la mayoría de los ecosistemas terrestres.
México es hogar de estos importantes ecosistemas que, además de ayudar a reducir la concentración de gases de efecto invernadero, brindan importantes servicios ambientales.
Manglares
Los manglares son ecosistemas en los que predominan varias especies de árboles conocidos como mangles. Generalmente miden más de medio metro de altura y crecen por encima del nivel medio del mar, son resistentes a la salinidad del agua, por lo que viven en la interfase de los ambientes terrestres y marinos y en las orillas de estuarios.
Además de purificar y mejorar la calidad del agua, ayudan a evitar inundaciones al servir como barreras de protección contra huracanes.
En nuestro país existen cuatro especies de mangle: rojo o colorado (Rhizophora mangle), negro (Avicennia germinans), blanco (Laguncularia racemosa) y botoncillo o falso mangle (Conocarpus erectus), todos ellos catalogados como especies Amenazadas de acuerdo con la NOM-059-SEMARNAT-2010.
Pastos marinos
Los pastos marinos son plantas con flores pertenecientes a cuatro familias del orden Alismatales que crecen en ambientes marinos totalmente salinos. Existen 12 géneros con unas 58 especies conocidas. Forman densas praderas en áreas poco profundas a lo largo de las costas. Sus hojas largas, estrechas y verdes son hábitat temporal y permanente de variados peces, tortugas, estrellas de mar, camarones, pepinos, anémonas, algas marinas epífitas, cangrejos, erizos y caracoles, y conforman la base de redes alimentarias de especies de otros entornos estuarinos y costeros como manatíes, tortugas y gansos de collar.
Entre los servicios ambientales que ofrecen se encuentran la reducción del impacto de las olas al ralentizar las corrientes, aumentar la sedimentación, producir oxígeno y limpiar mares y océanos al absorber los nutrientes contaminantes que viajan de la tierra al mar. Sus raíces y rizomas estabilizan el sustrato del fondo marino y también evitan la erosión costera.
Marismas
Una marisma es un ecosistema costero ubicado en la zona intermareal superior entre la tierra y las aguas oceánicas abiertas o aguas salobres y que se inunda regularmente de agua a causa de las mareas. Contienen pastos, arbustos y juncos. Además de proveer de alimento y ser hábitat de peces y aves, constituyen barreras naturales que protegen las tierras continentales de las tormentas.
La Reserva de la Biósfera Marismas Nacionales Nayarit, ubicada sobre las planicies costeras del Pacífico Mexicano en los estados de Nayarit y Sinaloa es un ejemplo de este ecosistema. Está constituida por una gran red de lagunas costeras salobres, así como pantanos y los deltas de siete ríos que forman cuatro regiones ecológicas: Teacapan, Agua Brava, Marismas Nacionales y el norte de San Blas.
Es una zona de descanso y alimentación de entre 70 mil a 104 mil aves residentes y migratoria.
Información: SEMARNAT.