Los jóvenes en las elecciones, la reflexión de la Magistrada, Yurisha Andrade

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Los jóvenes en las elecciones

Yurisha Andrade Morales*

Uno de los segmentos demográficos más lastimado por la crisis social y económica mundial es el de los jóvenes. Incluyo en esta categoría a los millennials nacidos entre principios de los ochenta y mediados de los noventa. Ellos frecuentemente declaran tener desconfianza hacia la clase política y ven con recelo sus mecanismos de democracia representativa que hoy no les garantizan un futuro con oportunidades de desarrollo.

            El modelo económico imperante en las últimas décadas provocó que los jóvenes queden marginados por falta de opciones educativas y por la ausencia de seguridad social y de empleo que en muchos casos los empuja a las redes del crimen organizado. Raras veces forman parte de los programas gubernamentales y cuando eso ha ocurrido los efectos positivos son mínimos.  

            Ante dicho panorama vale preguntarnos ¿cómo se comportan los jóvenes en las elecciones? Sabemos que la promoción de la participación de los ciudadanos en los comicios constituye uno de los retos permanentes de autoridades electorales, de organizaciones sociales y, en ocasiones, también de partidos y candidatos. Todos buscamos incentivar una participación que se incremente y haga que las decisiones colectivas se tomen con la más amplia participación de todas y todos. Pero al final, al menos en los comicios, los jóvenes registran niveles bajos de incidencia.  

            Veamos algunos datos. Del año 2001 al 2012, la Secretaría de Gobernación realizó cinco Encuestas Nacionales sobre la Cultura Política y Prácticas Ciudadanas. En ellas se advierte que prevalece la desconfianza de los ciudadanos hacia las instituciones públicas, el desinterés generalizado por los asuntos relacionados con las actividades políticas y la idea de que el voto es la única forma de incidir en el gobierno. Otros estudios como el Informe País 2014 del Instituto Nacional Electoral (INE) y del Colegio de México, constatan que la participación de mexicanos y mexicanas se concentra en actividades que se distancian de los sindicatos, partidos políticos, definición de políticas públicas u organizaciones de derechos humanos.

            Históricamente vemos que la participación en las elecciones es la fórmula más socorrida que los electores utilizan para incidir en la política y que es en elecciones presidenciales con sus concurrentes locales donde se registran los mayores porcentajes mientras que en comicios intermedios baja sensiblemente. En este proceso electoral 2020-2021, las mujeres seguirán siendo el grupo más significativo, mientras que los jóvenes, mujeres y hombres, ocupa la tercera parte de los listados nominales.

            Así, conforme a los datos estadísticos del INE, para las elecciones venideras podrán participar poco más de 25 millones de jóvenes de entre 18 y 29 años, de los cuales 2’781,966 tienen entre 18 y 19 años; 10’970,226 entre 20 y 24 años, y 11’267,736 entre 25 y 29 años. En el caso especial de Michoacán, la lista nominal, con corte al 9 de octubre de 2020, está integrada por 3’487,884 ciudadanos y ciudadanas, de los cuales el 27% son jóvenes de entre 18 y 29 años.

            Recordemos que, en 2018 a nivel nacional, la lista nominal estuvo conformada por un total de 14’576,286 de personas entre 18 y 24 años y 11’061,115 de entre 25 a 29 años. A pesar de la importancia del voto joven, en las elecciones de ese año acudieron a las urnas solo el 65% de los jóvenes de 18 años, y únicamente el 55% de aquellos que se ubicaban entre los 19 y 34 años.

            Como podemos ver el grupo de los jóvenes entre los 18 a 34 años, tiene bajo nivel de participación electoral a pesar de que constituyen alrededor del 35% de la lista nominal. Entonces, ¿qué es lo que propicia el alejamiento de los jóvenes de las actividades políticas y específicamente de su derecho al voto?

            Una respuesta está en la Encuesta Jóvenes de México 2019 del Observatorio de la Juventud Iberoamericana, en la que se advierte que los jóvenes sienten mayor desconfianza hacia los partidos políticos (16.6%), a los diputados y senadores (14.6%), a los sindicatos (14.6%), a las fuerzas armadas (13.8%) y a los medios de comunicación (13%). Por otro lado, aunque el 22% mencionan que siguen o discuten frecuentemente información sobre temas políticos, sin embargo, solo el 46% emite su voto, frente al 54% que se abstiene.

            Otro dato interesante, corresponde a la identificación partidaria. En este rubro, el 24.20% se identifica con el Partido MORENA, el 18.9% con el Partido Acción Nacional, el 10.80% con el Partido Verde Ecologista de México, el 9.60% con el Partido Movimiento Ciudadano, y el 7% con el Partido Revolucionario Institucional; sin embargo, el 16.70% no se identifica con ningún partido político.

            Esta información contiene una llamada de alerta para las autoridades, partidos y candidatos, siendo indispensable que se lleven a cabo acciones que tiendan a promover una cultura política participativa dirigida exclusivamente a este sector de la población.

            Justamente para involucrar a los jóvenes en el ámbito público, el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) sugiere impulsar proyectos de formación centrados en la cultura política en todos los niveles educativos, incluyendo las universidades. También considero importante promover y fortalecer los ejercicios de Parlamento Juvenil, así como las convocatorias para apoyar, financiera y técnicamente, proyectos juveniles innovadores y de pequeña escala, relacionados con la participación ciudadana y la promoción de la democracia en el ámbito local y estatal.

            En nuestra entidad, el Instituto de la Juventud Michoacana, el Instituto Electoral y el Congreso del Estado mantienen programas que fomentan la participación política de los jóvenes, tales como el Premio Michoacano de la Juventud y el Parlamento Juvenil. Es importante que estos organismos y otras instancias como la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, mantengan una coordinación constante para diseñar propuestas conjuntas en esta línea.

            Más allá de estos esfuerzos, también habría que deliberar la posibilidad de introducir en el marco normativo las cuotas de jóvenes. Su finalidad sería impulsar una medida afirmativa para destacar la preferencia a favor de un grupo joven en situación de desventaja y permitir una representación que revierta y compense esta situación.

            La cuota de personas jóvenes en la postulación de candidaturas podría favorecer una mayor participación de ese sector en la toma de decisiones en el espacio público. Actualmente, a nivel constitucional no hay una regla que garantice a los jóvenes espacios de participación política en la toma de decisiones. Sin embargo, algunas entidades como Chiapas, Ciudad de México, Colima, San Luis Potosí y Zacatecas, han hecho esfuerzos en la materia.

            En el caso de Michoacán, a raíz de los debates en el Octavo Parlamento Juvenil 2019, se ha suscitado el interés por la propuesta de la joven Diana Berenice Jiménez, de ampliar la participación en el poder legislativo, reduciendo la edad de 21 a 18 para ocupar una curul en el Congreso local. Bienvenidas sean estas y otras propuestas que abran la discusión y la reflexión.

* Magistrada Presidenta del Tribunal

Electoral del Estado de Michoacán

@YurishaAndrade