Desde ese año, ha habido informes de interacciones entre orcas y yates o veleros frente a las costas de España y Portugal, que en ocasiones resultaron en el hundimiento de barcos.
Las cifras no son del todo claras, pero se habla desde entonces de hasta más de 100 e incluso 200 encuentros de este tipo. La mayoría de los relatos siguen un patrón: las orcas siguen el barco y lo embisten con fuerza, la suficiente para provocar daños, en un comportamiento que los investigadores consideran muy inusual.