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EJE POLÍTICO

La prostitución de la política en México

Por Víctor Americano.

Una máxima del ideólogo del PRI, Jesús Reyes Heroles decía que,  “en política lo importante es convencer, persuadir, no improvisar”; y en la actualidad, después del mortal golpe que AMLO dio a los partidos políticos tradicionales en las elecciones del 2018, prácticamente la clase política sigue azorada, incluyendo a los propios militantes y simpatizantes de Morena. Se han olvidado de persuadir, de convencer y surgen las improvisaciones destinadas al fracaso, en corto, mediano o largo plazo.

Insisto, tanto los que ganaron, enarbolados por la lucha de López Obrador, como los apabullados en las urnas, no han aprendido, unos a ser gobierno y a actuar como tal, y los otros, a ser una verdadera oposición, responsable y defensora de los intereses ciudadanos.

Por un lado, la mayor parte de los políticos del PRI, PAN, PRD y demás rémoras que se dicen institutos políticos, durante décadas enteras, se despacharon con la cuchara grande, enriqueciéndose de la manera más burda y ofensiva, en un abrir y cerrar de ojos, mucha gente pasó de una casa de Infonavit, a lujosas residencias; en pocos años, una gran cantidad de funcionarios, engordaron de tal manera sus cuentas bancarias, que muchos casos de enriquecimiento ilícito están siendo “investigados”, así, entrecomillado, ya que ya no sabemos cuántos lobos con piel de oveja existen tanto en la federación, como en los poderes Judicial y Legislativo, que pudieron ser cómplices de estos pillos.

La política ha sido prostituída y desvirtuada por hombres y mujeres ambiciosos, que podrían vender su alma al diablo, con tal de hacer jugosos negocios en sus diversos encargos. Es cierto, no se puede generalizar, pero la constante es esa, lamentablemente.

Los funcionarios de los tres poderes establecidos en la Constitución, han hecho un verdadero circo de su desempeño cotidiano; nadie se escapa, chistes, ocurrencias, ridiculeces, discursos de bajísimo nivel e intercambio de ataques verbales o denuncias mediáticas, sin sustento, solo para estar presente en la percepción ciudadana.

 Muchas veces parecería que estamos en un reality show, patético y lamentable, con millones de personas como auditorio, que a través de las redes sociales y otras maneras, nos desgarramos las vestiduras, defendiendo a ultranza las acciones de los gobernantes o de la oposición. Terrible espectáculo que solo denigra a un pueblo tan valiente y solidario como lo es México.

El ejercicio del poder desgasta, nos queda claro, gobernantes van y vienen y al paso de los años, la historia los juzgará en su justa dimensión. Sin embargo, la apatía, el abstencionismo en las urnas, la falta de vigilar el actuar de la clase política y el no participar más como sociedad en esa toma de decisiones, nos tiene en un momento complicado en el país, en las entidades y en los municipios. Tan solo basta recordar aquella máxima de Platón, “el precio de desentenderse de la política, es el de ser gobernados por los peores hombres”.

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