Morelia, Mich.- 01 de septiembre de 2022.- México ocupa el primer lugar de casos de acoso escolar. Este fenómeno ha tenido graves consecuencias como provocar el suicidio de un menor de edad.
La Comisión Nacional de los Derechos Humanos considera que el acoso escolar es todo acto u omisión que agreda físicamente, psicoemocional, patrimonial o sexualmente a una niña, niño o adolescente, realizado bajo el cuidado de las instituciones escolares públicas y privadas.
Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) hoy en día México ocupa el primer lugar en el contexto internacional y afirma que el 50% de los estudiantes mexicanos son víctimas de acoso escolar.
En el acoso escolar participan fundamentalmente dos actores: la víctima y el agresor. El primero por su condición de indefensión acapara la atención de los agresores. Sin embargo, un tercer actor que puede ser la maestra, maestro o prefecto de la escuela que deja pasar actos de acoso y estos al no ser señalados y castigados, se normalizan.
¿Qué pasa con los agresores?, generalmente repiten conductas violentas del padre o la madre. Y las trasladan al salón de clase. Según expertos en psicología ningún caso de violencia escolar surge de la nada, para que este ocurra debe haber una dinámica familiar violenta, de la cual se aprende a ser violento y agresivo.
Los niños no nacen violentos, aprenden a serlo. Aprenden por imitación al observar conductas violentas de los adultos, sus propios padres, hermanos etc. La exposición a la violencia durante la infancia tiene severas consecuencias debido a que las niñas y niños aprenden de su entorno, conductas violentas que por pequeñas que parezcan van formando de alguna manera su personalidad.
Las niñas y los niños que ven actos violentos en cualquier tipo de pantalla tienen más probabilidad de comportarse de una forma agresiva. México también es de los países del mundo que consumen y producen más contenidos violentos desde las narcoseries, telenovelas y video juegos.
Las instituciones escolares públicas y privadas, así como las madres y padres de familia tenemos la corresponsabilidad ser parte de la solución de este complejo problema y promover una cultura de la paz basada en los valores de la tolerancia, la inclusión y la solidaridad, sin duda uno de los retos más sensibles en el ámbito escolar.