Chucándiro, Michoacán, a 10 de mayo de 2020.- Con 89 años de edad, Gudelia Sáenz ha celebrado el Día de la Madre de diferentes formas, pero hoy fue totalmente singular, los abrazos, besos y comida especial, fueron intercambiados por llamadas telefónicas de sus dos hijos que viven en Michoacán y sus nietos, que radican, la mayoría de ellos, en Estados Unidos.
Esta mujer, catalogada por sus seres queridos como una guerrera, un ejemplo de vida, ha sobrevivido a dos rayos, uno de ellos incluso le quitó la vida a su primer esposo, también ha sido sometida a varias cirugías y a algunas otras adversidades que no evitan que noche a noche rece durante horas y pida a dios que guíe los pasos de cada uno de ellos.
Apoyada en una andadera, que es su fiel compañera desde hace un año, cuando se fracturó la cadera durante una caída, Gudelia lloró, sonrió y se echó carcajadas durante las llamadas que le hicieron su hija, hijo y varios nietos, de estos últimos, dos a lo que crió desde recién nacidos.
“Hoy fue muy diferente, muchos de mis nietos no pueden venir porque no tienen papeles, pero siempre me llaman, en otros años celebrábamos con un molito de guajolote, corundas, tamales, enchiladas o cualquier otro platillo, ahora con esta enfermedad que anda por todo el mundo, solo me han estado llamando para felicitarme, me cantan Las Mañanitas y me dicen cosas que han generado diferentes sentimientos, ya hasta se me salieron mis lágrimas en varias ocasiones”, detalló Gudelia.
La migración forma parte importante en la vida de Gudelia, Salvador, su esposo, pasó la mayor parte de su vida trabajando en los campos de Estados Unidos, hasta que una enfermedad que lo mantiene postrado en una cama desde hace seis años, le impidió continuar yendo y viviendo; su hija e hijo también emigraron a trabajar, ella en la frontera y él en California, ahora sus nietos y bisnietos han continuado con la tradición y varios de ellos han formado su familia en el vecino país del norte.
“Aquí en el rancho todos los muchachos se van en cuento salen la primaria o secundaria, mis nietos y bisnietos no han sido la excepción, en Estados Unidos vive gran parte de mis nietas, nietos y bisnietas y bisnietos, todas las noches le rezo a Santa Rita de Casia, a mi padre santísimo, a San Martín de Porres y a varios santos más, para que los protejan y guíen sus pasos en aquel país donde las cosas no son nada fáciles, a ellos cada que me hablan les pido que por favor se cuiden se esa enfermedad del Coronavirus”, relata Gudelia.
Gudelia es originaria de la comunidad de San Sebastián, municipio de Chucándiro, ahí más del 80 por ciento de los jóvenes emigra a Estados Unidos, diciembre, Semana Santa y diez de mayo, son fechas especiales en las que este rancho ubicado a un costado de la autopista de Occidente, Morelia- Guadalajara, se llena de migrantes que regresan a pasar estas fechas especiales con sus seres queridos, ahora fue diferente, en apego a las recomendaciones para evitar la propagación del COVID-19, todo se dio a través de llamadas y redes sociales.