Es tiempo que el Gobierno Federal deje de ver a las y los mexicanos como menores de edad, y deje de proclamarse como el padre protector de un pueblo que, lo que le está demandando es un ejercicio de gobierno serio, responsable, apegado a la realidad, que sea efectivo y de resultados, recalcó el diputado Antonio Soto Sánchez, coordinador del Grupo Parlamentario del Partido de la Revolución Democrática en la LXXIV Legislatura del Congreso del Estado.
El legislador subrayó que, por más de dos años, México ha padecido el experimento de un Gobierno Federal que lejos de concentrarse en sus funciones constitucionales y legales, ha permanecido en la ficción electoral, haciendo proyecciones a largo futuro y olvidando la responsabilidad de generar y aplicar políticas públicas viables, y efectivas para el desarrollo nacional.
“La llamada Cuarta Transformación debe entender que vender espejismos a cambio de dividendos políticos sólo conduce al debilitamiento institucional, ya que no construye y descuida la acción gubernamental en temas de enorme trascendencia nacional como por ejemplo los económicos”.
Apuntó que la fallida instrumentación de sus programas de dádivas a la población apelando al clientelismo electoral, ha evidenciado ante la ciudadanía la perversión que de origen tuvieron esas acciones, en donde el Gobierno Federal pretendió utilizar políticamente las necesidades de las y los ciudadanos.
“Toda autoridad debe entender que, para generar alianzas verdaderas con la sociedad, que permitan una atención de fondo a los problemas, se requiere honestidad y no ofertar ilusiones transformadoras de corto plazo que están lejos de la realidad por la que atraviesa nuestra nación”.
Antonio Soto recalcó que la responsabilidad pública no debe nutrirse de autocomplacencias, sino basar su acción en resultados tangibles que den cause al tránsito común entre gobierno y sociedad.
“Es triste ver como se traicionó la expectativa de las y los mexicanos que dieron su voto de confianza por el proyecto de la Cuarta Transformación; hoy finalmente entienden con desazón lo que varios señalamos de inicio, era y ha sido un movimiento de ficción, basado en los delirios de un caudillo intelectualmente extraviado”, puntualizó.