Christián Gutiérrez.
En este momento, son las 5:54 pm, del día domingo 1ero de agosto de 2021. Faltan pocos minutos para que cierren las casillas de la Consulta Ciudadana, en donde se les preguntó a los mexicanos –palabras más, palabras menos-, si aceptan o no que sean sometidos a la ley, políticos por hechos del pasado.
El resultado no lo sé y no tengo idea si este lunes –día de publicación de mi artículo- para el momento que usted esté leyéndolo, ya existan números que indiquen cuántos votaron por el sí, cuántos por el no y cuántos votos nulos, en la Consulta Ciudadana.
A pesar de este desconocimiento, me atrevo a mencionarle lo que yo pienso que serán éxitos y fracasos de la Consulta, con la idea de que la conversación pública se nutra y se puedan escuchar y leer más voces en el tema.
Tres fracasos de la Consulta.
1. En números fríos –puedo jurar que ganará el Sí-, la Consulta Ciudadana será un fracaso rotundo para Andrés Manuel López Obrador, impulsor principal de este ejercicio. Estimo que no habrá ni 10 millones de votos, de más de 93 millones de mexicanos que pudieron haber votado.
2. No se alcanzará la cifra de 37 millones y medio de votos, lo cual hubiera hecho el resultado vinculatorio. Es decir, se hubiera obligado a las instituciones a responder del mandato popular.
3. En términos políticos, será una derrota más para López Obrador, porque en realidad no habrá ningún expresidente de México sometido a juicio por hechos del pasado, y quedando sus adversarios expresidentes “vivos”, son peligrosos para su régimen.
Tres éxitos de la consulta.
1. El Presidente de México, ganó el terreno simbólico. Esta es una regla de marketing político, la cual indica que, el mensaje debe aterrizar en la mente de las personas y ahí generar percepción. ¿Por qué ganó el terreno simbólico, sobre todo entre sus afines? Porque los “obradoristas”, comenzarán a apropiarse del concepto (Consulta Ciudadana), del terreno (salieron a participar), y de la idea de que, el pueblo, es quien decide (sus fieles reforzarán esta idea).
2. López Obrador ganó, porque reforzará la imagen de líder entre sus seguidores. El objetivo de un líder populista (como lo fue Hitler), es unificar a su tropa, enseñarlos a escuchar, enseñarlos a unirse, enseñarlos a obedecer y enseñarlos a responder actuando. Por muy pocas personas que hayan salido a votar, salieron, y eso hará que comiencen a tener el hábito de ayudar a su líder en consultas ciudadanas; por lo tanto, irán ganando en experiencia y en el terreno simbólico de la mente de los fieles a López Obrador.
3. López Obrador ganó, porque su storytelling (narración de historia) continuará conforme al manual del populismo: crear un enemigo, para presentarse como héroe entre sus fieles.
Si usted lo observa, en su historia, López Obrador es el héroe que lucha contra los conservadores que desean derrocarlo, y si lo piensa aún más, a pesar de la derrota numérica que tendrá en la Consulta, le alcanzará perfectamente para alimentar una idea: “Ya ven, se los dije, el INE y los conservadores nos bloquearon, nos hicieron el desaire para que la gente no saliera a votar. Se los dije, son ellos, la Mafia del Poder, los que no quieren que el pueblo sea quien decida”.
Con todo esto, su historia política quedará intacta, pero además está siendo reforzada con el propio discurso de sus opositores que, en realidad, no tienen ningún discurso diferenciador.
Me parece que hay más éxitos y fracasos con la Consulta. Seguramente usted podría mencionar algunos más, pero me quedo con tres y tres, para que los recuerde con facilidad.
En lo personal, no salí a votar, porque esta Consulta me pareció un vil engaño para la gente, a pesar de que la “figura teórica” de la Consulta Ciudadana” me gusta, porque la gente puede ir tomando parte en las decisiones de ciertos temas, de interés público.
Por último, políticos opositores a López Obrador me siguen comentando que no me entienden cuando digo que, “no logran entender cómo hacerle para comunicar de manera persuasiva y contrarrestar el modelo de comunicación de López Obrador”. La verdad es que siempre les respondo lo mismo: No es tan complicado.
Utilicen la Tercera Ley de Isaac Newton.
Ahí está una de varias claves.
* El autor es consultor, estudia la maestría en Comunicación, tiene estudios de doctorado en Política, de maestría en Neuromarketing, de maestría en Ciencia Política y de licenciatura en Derecho.
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