Espacio público…De una orquídea a un Centro de Convenciones “El Derecho a la Ciudad” #VideoColumna

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EL DERECHO A LA CIUDAD

Espacio público…De una orquídea a un Centro de Convenciones

Por Salvador García Espinosa.- Contrario a lo que muchas personas piensan, es el espacio público lo que genera identidad y carácter a una ciudad, es el espacio que permite vivirla. Por esta razón los edificios más importantes de las ciudades, como sedes de gobierno, buscaron incorporar plazas, atrios, jardines y cualquier espacio público que destacará su presencia a demás de permitirle a la ciudadanía en general, el disfrute del inmueble sin necesidad de ingresar a éste.

Su calidad de ser el escenario natural de encuentro social, ha propiciado que los gobiernos locales busquen instrumentos normativos que garanticen la sana convivencia de sus habitantes en los espacios públicos, al tiempo que el mercado inmobiliario supo capitalizar esta función de encuentro y generó espacios privados como centros de recreación y esparcimiento pero ligado al consumo.

Cuando los espacios públicos constituyen además un espacio verde, se multiplican sus cualidades positivas, su capacidad de encuentro social y el aporte ambiental, en síntesis, contribuye de forma significativa a mejorar la calidad de vida de una ciudad. Desafortunadamente el crecimiento urbano y la especulación inmobiliaria a dejado a las ciudad espacios públicos como calles y algunas plazas, pero muy poco de valor ambiental dentro de la mancha urbana.

La ciudad de Morelia es una de las ciudades afortunadas por contar con grandes espacios abiertos y de carácter ambiental, como lo es el denominado Centro de Convenciones o el área conocida también como El Planetario, en sus poco más de 15 hectáreas de extensión, este predio conjunta valores ambientales, educativos, culturales y recreativos, que hacen obligado algunas reflexiones al respecto.

La primera reflexión es en torno a su origen, pues inicialmente esta sitio era un vivero de la Subsecretaria Forestal dependiente del Gobierno Federal, y fue donado al Gobierno del Estado, a finales de 1972 y principios de 1973. Sin embargo quedó en desuso, hasta que, el interés por las orquídeas que tenia la Sra. Lapinez y la Sra. Pensado, las llevó en 1974 a proponerle al entonces presidente municipal de Morelia, el Lic. Marco Antonio Aguilar Cortes (1971-1974), la donación de su colección, con el interés de que se edificará un espacio para su exhibición y conservación, así se edificó el “Orquideario de Morelia” por el Gobierno Municipal, constituyendo la primera construcción de los antiguos viveros forestales.

El hermanamiento de la ciudad de Fullerton en California, fue el precedente que hizo posible que se donará a Morelia, el aparato proyector para un Planetario, la construcción fue a cargo del Gobierno del Estado con el invaluable apoyo del Gobernador en turno Servando Chávez Hernández (1970-1974), siendo su primer director el Ing. Gabriel Muñoz. Hay que destacar que Morelia se convirtió en la tercer ciudad mexicana en contar con este tipo de equipamiento, lo que constituyó además de un atractivo turístico, un impulso a la educación y la cultura.

Es durante la administración estatal del Lic. Carlos Torres Manzo (1974-1980), que se llevó a cabo la construcción del Teatro José Ma. Morelos y del Centro de Convenciones, con la finalidad de impulsar los espectáculos culturales de primer nivel, así como ubicar a Morelia, en el contexto nacional, como un centro para eventos y congresos. Hay que señalar la visión que se tuvo al construir un recinto con aforo para 1,339 personas cómodamente instalada, para una ciudad de aproximadamente 300 mil habitantes. La vocación para la realización de congreso y eventos, se complementa con la construcción de un hotel durante la gestión del Ing. Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano (1980-1986).

Como se observa, lo que conocemos como Centro de Convenciones, es producto de al menos 45 años, con múltiples inversiones, proyectos e intereses. Todas las intervenciones, sin lugar a dudas que buscaron contribuir a la mejora del espacio. Sin embargo, hoy en día se observa que en algunos casos, se privilegio lo edificado sobre espacios verdes, de igual forma, se ha buscado comercializar espacios para generar recursos, olvidando que el espacio público de encuentro social y más aún de valor ambiental como El Planetario, es invaluable para una sociedad.

La relevancia del conjunto para la ciudad de Morelia, obliga a señalar que no todas las intervenciones han sido exitosas. Seguramente muchos de los lectores, recuerdan el hermoso jardín que se ubicaba en el extremo sur del conjunto y que permitía que el Teatro se observará desde la Avenida Camelinas. Se tuvo la desafortunada decisión de edificar unos salones de convenciones y hasta la fecha, sigue en construcción, con una pésima calidad constructiva, una alteración total de la unidad que formaba el conjunto del Teatro con lo que es propiamente el Centro de Convenciones. De igual forma, el extremo suroriente, se encuentra un jardín, que delimitado con una malla ciclónica, desde hace años, eventos. La expansión desmedida de áreas de estacionamiento en detrimento de los espacios verdes, hoy resulta irracional, ante el valor ambiental de la zona.

La buena noticia para el Gobierno del Estado, es que hoy en día, no se ocupan más edificios, por el contrario, se requiere del rescate de este conjunto, revalorar su función como espacio verde, su valor ambiental y escénico, que lo hace único dentro de la ciudad, que demanda aprovechar el enorme potencial que tiene en términos de su vocación educativa, cultural, turística y de esparcimiento. Amerita la inversión estatal, para rescatar espacios verdes, para recuperar áreas arboladas, eliminar rejas, mallas y límites al disfrute público. Pues no hay espacio más valioso en una ciudad, que el que propicie el encuentro de sus habitantes en sano esparcimiento.