En Michoacán, gobierno va por el blindaje de la madre tierra

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Morelia, Mich.- Jueves 20 de junio de 2019.- El 65 por ciento del campo mexicano está en Michoacán; el agro es, por lo tanto, la principal actividad económica en la zona rural del estado, con un valor superior a los 91 mil millones de pesos anuales, 40 por ciento más que Jalisco y 70 por ciento más que Sinaloa, que siempre habían sido los líderes en el rubro.

Michoacán es líder y ejemplo de producción alimentaria generada en los surcos y la tierra fértil de más de un millón 153 mil hectáreas cultivadas, lo que le ha permitido que, actualmente, más de 45 productos del campo estatal estén situados en los primeros sitios de comercialización nacional e internacional.

Consolidar a la entidad en esos rangos ha mermado notablemente la capacidad de producción del campo, lo dijo el gobernador Silvano Aureoles Conejo: más del 80 por ciento de la superficie cultivada en Michoacán, padece ya de algún grado de daño, degradación o erosión, generado, principalmente, por el uso de agroquímicos, paradójicamente, necesarios para mantener los niveles de productividad que actualmente registra y cumplir con la normatividad, nacional e internacional, impuesta en la comercialización de cada fruto o verdura.

Por años, cada surco de Michoacán ha evidenciado los problemas que enfrenta y que no son exclusivos del estado; en circunstancias similares se encuentran millones de hectáreas en todo el país, resintiendo el uso de pesticidas y otros productos químicos, necesarios para temas fitosanitarios, los cuales, además, generan graves daños a los ecosistemas.

Así, mientras que por un lado se genera vida y se garantiza la existencia de especies al ofrecer el alimento necesario; por otro, el agro muere de a poco, víctima de la agresiva intromisión de los químicos.

El origen campesino del mandatario michoacano, del que se presume orgulloso, y la propia formación que se forjó en la Universidad de Chapingo, de donde egresó como ingeniero Agrónomo, lo llevaron a tomar decisiones basadas en la ciencia, afirman sus asesores.

Añaden que Aureoles Conejo sabe que para garantizar que Michoacán siga siendo líder en la producción y comercialización de más de 45 productos nacidos de la tierra, primero debe atender la enfermedad que aqueja a los campos michoacanos.

Producir más y mejor

Del millón 153 mil hectáreas cultivadas que hay en Michoacán, en un millón 84 mil se realizan labores de fertilización; el grueso de ellas, con el uso de agroquímicos, esos que el propio gobernador michoacano asocia a enfermedades crónico-degenerativas que son, hoy en día, de las principales causas de morbi-mortalidad humana en México, como el cáncer de mama y los problemas de insuficiencia renal.

Si bien, el manejo de estos productos, pesticidas y fertilizantes, principalmente, ha sido cuidadosamente vigilado por las instancias de gobierno del rubro, como la Secretaría de Desarrollo Rural y Agroalimentario (Sedrua), erogándose altos presupuestos para garantizar cultivos sanos y libres de plagas para consumo y comercialización en México y el mundo; solo en 2018, se dispusieron de más de 600 millones de pesos en campañas de sanidad e inocuidad en el campo y la pesca.

Al ser la principal actividad económica en el grueso de la zona rural de Michoacán y, por el éxito alcanzado por algunos productos en mercados internacionales, como el aguacate, la zarzamora, la fresa, la guayaba y el limón, el interés del estado es mejorar la producción, en cantidad y calidad, para que cada hombre y mujer del campo michoacano alcancen mejores niveles de bienestar y desarrollo, abatiendo a la par riesgos sanitarios y garantizando el cumplimiento de la norma, tarea nada fácil, detallaron fuentes gubernamentales.

Agricultura agroecológica, al rescate del agro

La gente cercana a Aureoles Conejo narró que el camino que emprendió éste para el rescate del agro purépecha fue claro: fortalecer la estructura, la tecnificación y la capacitación, blindar cada surco, sanarlo, cubrirlo y recubrirlo y para ello, acudió a su aula máter y a quienes, como él, reconocen en el agro el mayor tesoro tangible de cualquier nación, pero lo hizo ahora desde una nueva arista: la ciencia.

Con el inicio de su gobierno, empezó por mejorar la tecnología, abrió más de 5 mil 628 kilómetros de caminos rurales sacacosechas, para que cada agricultor pueda vender sus productos más rápido y fácil.

Con el sustento científico de su lado, Aureoles Conejo anunció hace unos días, la cruzada más importante que, para el agro michoacano puede emprender: sanar y salvar las miles de hectáreas dedicadas a los cultivos para consumo humano.

Ante campesinos de Los Reyes, zona privilegiada de la zarzamora y los llamados frutos rojos, Aureoles Conejo lanzó su propuesta: el uso de productos naturales para abatir y controlar plagas y para garantizar que cada canaleta produzca a su máxima capacidad, que sustituyan a los agroquímicos.

Se trata del Programa Agricultura Sustentable que abarcará, en una primera etapa, una muestra de 6 mil 700 hectáreas de cultivos: 5 mil hectáreas de maíz, 500 de limón y mil 200 de zarza, en seis regiones del estado.

El gobierno ya empezó con el proceso de restauración de los suelos agrícolas, para permear en la nueva cultura sustentable, erradicar los químicos en los frutos y hortalizas.

2019 será el año de la prueba de fuego; en cuatro meses, las autoridades ya tendrán los primeros resultados y, si funciona como esperan, la aplicación de biofertilizantes -restauradores de suelos-que puede incluso duplicar la producción del grano por hectárea, se estaría extendiendo hacia otros cultivos y otras regiones.

Con una inversión inicial de 23 millones de pesos, donde el gobierno silvanista aportará el 60 por ciento del costo del paquete tecnológico y el resto será dispuesto por los propios beneficiarios, el programa comprende, además, brindar asistencia técnica especializada en manejo de la fertilidad de suelo y nutrición vegetal; insumos formulados de acuerdo al tipo de cultivo y el monitoreo y evaluación del ciclo de cultivo hasta la cosecha.

Silvano quiere pues un campo sano, que produzca más y a menor precio, porque, además, el uso de tales productos naturales reduce la inversión obligada en cada cosecha “con esto, estaríamos transitando hacia la soberanía alimentaria, con la producción de alimentos sanos, sin residuos tóxicos (…) vamos a capacitarlos a ustedes, a enseñarles la técnica, a que sepan identificar qué producto requiere cada suelo, dependiendo de la tierra y el clima, amables con el medio ambiente, que sea un campo sustentable”, atajó.