Elecciones y alternancia. El análisis de la Magistrada, Dra. Yurisha Andrade Morales

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Elecciones y alternancia

Yurisha Andrade Morales*

Los comicios del pasado 4 de junio celebrados en los Estados de México y Coahuila dejan múltiples lecciones para la vida pública de nuestro país. La primera se refiere a la constatación de que las y los mexicanos reconocemos a las elecciones como el único mecanismo legítimo para la renovación de los poderes públicos que se deben al voto popular. En México solo es posible la ocupación de la presidencia de la república, de gubernaturas, senadurías, diputaciones federales o locales y de cargos en ayuntamientos si se logra el voto mayoritario. No hay otra vía de acceso distinta a las urnas.

            La segunda. El Instituto Nacional Electoral y los Institutos Electorales de Coahuila y del Estado de México cumplieron con excelencia las actividades que les correspondían, instalaron la totalidad de las mesas directivas de casillas, salvo una en el Estado de México, por razones de inseguridad pública. La logística electoral funcionó de manera impecable, con incidentes menores que no afectaron el desarrollo de la jornada electoral. Los resultados fluyeron sin contratiempos en los PREP´s y fueron congruentes con los conteos rápidos para garantizar certeza y confianza. El desempeño de las instituciones electorales demuestra en los hechos la necesidad de que un sistema democrático disponga de árbitros eficaces, confiables e imparciales.

            La tercera. La participación ciudadana fue ejemplar. En las mesas directivas de casillas estuvieron los funcionarios previamente capacitados, recibieron y contabilizaron los votos con atingencia e imparcialidad, sin sesgos y con compromiso cívico. Las y los electores acudieron a las urnas en proporciones diferentes, mientras que en el Estado de México sumaron alrededor del 50%, en Coahuila alcanzaron poco más del 56%. Y aunque el abstencionismo tiene respuestas múltiples, pareciera que el hecho de que en Coahuila también hubo elecciones para renovar al congreso local ello incidió en la participación, dado que el electorado tiene mayores cercanías con integrantes de los ayuntamientos y diputaciones locales que con las gubernaturas. De cualquier manera, queda mucho por hacer para convencer a segmentos amplios de la población para que voten, pues en ambos casos la participación fue menor que la registrada seis años antes.

            La cuarta. El triunfo de una mujer que será la primera gobernadora en el Estado electoralmente más grande del país da impulsos renovados en la construcción de la igualdad sustantiva, sobre todo, en los esfuerzos que como sociedad hemos realizado para propiciar la mayor ocupación de cargos públicos en paridad de género. Las mujeres debemos seguir demostrando con preparación, constancia, capacidad y méritos propios que podemos ocupar cualquier responsabilidad pública y que podemos ofrecer buenos resultados.

            La quinta. México está preparado para la alternancia política en las gubernaturas y en todos los cargos de elección popular.  Después de cien años en el poder de un solo partido, se dio la alternancia política en forma pacífica, por cauces institucionales, sin violencia y con la decisión fundamental de la ciudadanía, que apuesta por los cambios y evalúa el desempeño de los gobiernos y de los partidos políticos. Elecciones y alternancia política constituyen un binomio que se ha asentado en el corazón de nuestra democracia, alude a la posibilidad ciudadana de optar por una propuesta o por otra, con el voto como derecho y como instrumento para expresarnos en libertad en las contiendas electorales y para decidir qué propuesta apoyamos, sin que nadie pueda recriminarnos por nuestra decisión. La alternancia forma parte de nuestra normalidad democrática.

            La sexta.  El comportamiento poselectoral de las y los candidatos que no lograron la mayoría, refleja civilidad, apego a una ética pública y al reconocimiento de que la aceptabilidad de la derrota es fundamental para que nuestra democracia se fortalezca. Después de las elecciones el país y cada una de nuestras entidades federativas debe tener garantías de estabilidad y paz social, para que, al día siguiente de las votaciones, todos regresen a sus actividades normales, con la certeza que las actividades del gobierno fueron encargadas a la persona que logró la mayoría de los votos en las urnas.

            Quedan muchas cosas por revisar y aprender, por lo pronto, es una buena noticia que los procesos electorales de Coahuila y del Estado de México fueron exitosos y que sirvieron para recrear y fortalecer a nuestra democracia, en la antesala de los comicios concurrentes de 2023-2024, donde el principal asunto a dirimir será la sucesión presidencial, la renovación de nueve gubernaturas y muchos otros cargos federales y locales.

*Magistrada del Tribunal Electoral del Estado de Michoacán

@YurishaAndrade