Elecciones, ciudadanía y pluralidad. El análisis de Dra. Yurisha Andrade Morales

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Elecciones, ciudadanía y pluralidad

Yurisha Andrade Morales*

La democracia que hemos diseñado en nuestro país, al menos durante los últimos 30 años, permite la celebración de elecciones competitivas, sin ganadores o perdedores predefinidos y con alternancias pacíficas en los distintos niveles de gobierno. Nuestra historia reciente registra tres colores partidarios distintos en la presidencia de la república por la vía indiscutible del voto ciudadano. Así, entre 2000 y 2018, el cambio de estafeta en ese cargo es consustancial a nuestra realidad y no un fenómeno aislado, es parte de nuestra cotidianidad y de la normalidad que hoy caracteriza a nuestro sistema político.

            En la misma dirección avanzan las 32 entidades federativas y los 2 mil 471 ayuntamientos, incluidas las 16 alcaldías de la Ciudad de México. Desde la reforma de 2013-2014 que diseñó el actual sistema de elecciones, autoridades administrativas y jurisdiccionales, federales y estatales, hemos organizado procesos electorales para renovar 50 gubernaturas, cuyo resultado demuestra que entre 2015 y 2021 se han concretado 35 alternancias en estos cargos.

            Los congresos locales y los ayuntamientos también registran alternancias constantes y se integran paritariamente con hombres y mujeres que representan a los diversos segmentos de la sociedad, así como a los grupos en condiciones de vulnerabilidad. A partir de los resultados, hoy podemos afirmar que coexistimos en una democracia fortalecida donde es una realidad la distribución de espacios de gobierno y de representación legislativa con fundamento en el mandato soberano en las urnas, y donde las condiciones de la competencia generan canchas cada vez más parejas, con la aplicación de candados y medidas que blindan al voto y garantizan que se cuenta sin alteraciones, tal y como el elector lo deposita en las urnas.

            Nuestra construcción democrática ha colocado en el centro la participación de las y los ciudadanos, considerando que el poder de su voto va más allá de solo decidir quién ejerce un cargo de gobierno o de representación, sino que también implica formar parte de la definición de políticas públicas que beneficien a la colectividad, pero sobre todo, que la vigilancia sobre el comportamiento de los electos, es fundamental, para decidir con racionalidad y objetividad, cómo calificar en las urnas a los partidos y, de ser necesario, como alternar el poder público en un mosaico de pluralidad.

            La evolución progresiva de nuestros derechos humanos debe llevar a los ciudadanos, sin distinción de ninguna especie, a retomar el poder para decidir, por la vía legal e institucional, lo que más convenga en nuestra sociedad. Estoy convencida de que uno de los objetivos esenciales de la participación ciudadana consiste en potencializar el uso de las herramientas que la democracia nos da para evitar desvíos, abusos, concentración indebida o desequilibrios en el ejercicio del poder.

            Elecciones, ciudadanía y pluralidad son componentes fundamentales de una democracia que resulte funcional y adecuada a una sociedad. Sin elecciones periódicas, auténticas y creíbles no sería posible la renovación en los cargos públicos y, antes, al contrario, su ausencia o manipulación podría perpetuar en el poder a una persona o a un grupo. El pluralismo conlleva la participación y la representación de todos y todas y evita que la ciudadanía sea utilizada o que desaparezca del escenario y carezca de influencia en la toma de las decisiones colectivas.

            Vivimos tiempos en los que paulatinamente estamos remontando inercias del pasado. La democracia política es una realidad cada vez más palpable y donde sus resultados son asequibles para todos. Falta, sin duda, un largo camino por recorrer en la parte social y económica, pero es un hecho que disponemos de instrumentos para avanzar, ahí están los mecanismos de democracia directa, como los presupuestos participativos, referéndums, plebiscitos, consultas populares o revocatorias de mandato, ya presentes en nuestro país. Su utilización adecuada depende de todas y todos.

*Magistrada del Tribunal Electoral del Estado de Michoacán

@YurishaAndrade