El veredicto de las urnas
Yurisha Andrade Morales*
La democracia como forma de organización social y política tiene como uno de sus fines esenciales la promoción de los principios de libertad, igualdad y fraternidad entre todas las personas. Esos principios se materializan con la participación de los electores en la toma de decisiones colectivas a través de los comicios que permiten elegir a quienes tendrán el mandato de atender funciones de gobierno y de representación política.
La democracia como forma de gobierno se sustenta en la participación de los individuos en los asuntos de su comunidad y se expresa mediante el voto libre, secreto, universal y directo, de ahí que resulte relevante para la consolidación de los derechos humanos. Votar en las elecciones entraña un ejercicio cívico de la mayor responsabilidad y una obligación constitucional.
El domingo 6 de junio, la ciudadanía mexicana acudirá a las urnas para emitir su voto. Esta jornada electoral deberá ser ejemplar en el sentido de nuestra responsabilidad cívica y ética. Al marcar la boleta ejercitaremos nuestra libertad de pensamiento para elegir a quienes ocuparán los cargos de elección popular y habremos de hacerlo con pleno respeto a los protocolos sanitarios contra el COVID-19, que ha lastimado a muchas familias de México y del mundo.
En los últimos años, la cultura política de los mexicanos se ha fortalecido. Sobran razones para suponer que, tanto en lo sanitario como en el ejercicio del voto, mujeres y hombres dejaremos constancia de los avances de nuestra educación ciudadana, pese a las lamentables circunstancias derivadas de la pandemia, las tensiones políticas de las últimas semanas y los casos de violencia política.
Como ciudadanos hemos conocido las agresiones sufridas por candidatas y candidatos, por sus equipos de campaña y por diversas personas relacionadas con el proselitismo partidista. La violencia provoca desconfianza entre la población, pero la historia reciente indica que el ejercicio del voto es un antídoto eficaz en contra de ella, ahí están como ejemplos los comicios de 2015 en Estados como Guerrero, Chiapas, Oaxaca y Michoacán a propósito de los movimientos magisteriales de 2015 organizados para la defensa de sus derechos laborales o los lamentables asesinatos de candidatos, como el ocurrido en Tamaulipas ocho días antes de las elecciones de 2010 que privó de la vida a Rodolfo Torre Cantú.
Como ciudadanas y ciudadanos que creemos en un Estado de Derecho, debemos poner nuestra confianza en las autoridades de todos los órdenes de gobierno. Su compromiso está en resguardar y garantizar la integridad de los votantes. La Mesa de Gobernabilidad, en la que a lo largo de este proceso electoral han coincidido diversos actores, es un claro ejemplo del interés que se tiene por llevar a buen puerto estos comicios.
Sabemos que este Proceso Electoral 2020-2021 se renovarán los 500 representantes en la Cámara de Diputados, 15 gubernaturas, 30 congresos locales y 1,923 ayuntamientos. En total, se votarán 20,415 cargos de elección popular. Las gubernaturas en disputa serán las de: Colima, Guerrero, Nuevo León, San Luis Potosí, Sonora, Campeche, Baja California, Baja California Sur, Chihuahua, Nayarit, Querétaro, Sinaloa, Tlaxcala, Zacatecas y Michoacán.
En nuestra entidad, además de la gubernatura, de los 12 diputados federales de mayoría relativa y los 40 diputados federales de representación proporcional, también se votarán 24 diputaciones locales de mayoría relativa y 16 diputaciones locales de representación proporcional, 112 presidencias municipales, 112 sindicaturas, 505 regidurías de mayoría relativa y 369 regidurías de representación proporcional. En total, más de 1,100 cargos.
Si bien, el llamado al voto es para todos los ciudadanos, cabe una exhortación especial a los jóvenes y a las mujeres. En este proceso electoral, las mujeres y los jóvenes, seguirán siendo los sectores de la población mexicana, más significativos en términos numéricos. De acuerdo con el INE, para este 6 de junio podrán participar poco más de 26 millones de jóvenes de entre 18 y 29 años. De los cuales un aproximado de 3 millones 500 mil tienen entre 18 y 19 años, 11 millones entre 20 y 24 años, y 11 millones 500 mil entre 25 y 29 años, en cifras cerradas.
En el caso de Michoacán, se puede esperar una afluencia de alrededor de 980 mil jóvenes de entre 18 y 29 años, es decir, el 27.40% de los 3,574,811 ciudadanos y ciudadanas que integran el Listado Nominal.
La importancia de estas elecciones no solo está en el número de votantes, ni en el abultado número de cargos a elegir, sino también en las innovaciones que afianzarán la participación de sectores históricamente marginados y excluidos. En este sentido, se harán patentes las acciones afirmativas a favor de las personas indígenas, migrantes, afrodescendientes y de la diversidad sexual. Pero, asimismo, otras poblaciones, como las personas en prisión preventiva, calculadas en 2 mil 185, también podrán gozar de este derecho.
Quiero insistir e invitar a todas las michoacanas y michoacanos a que este domingo 6 de junio, salgan a emitir su voto en alguna de las 6,232 casillas que se instalarán en todo el Estado. Hagamos efectivo nuestro derecho. Votemos y digamos no al abstencionismo. Solo de esta manera, el futuro de la democracia estará asegurado contra todo tipo de obstáculos y amenazas. Será el veredicto de las urnas lo que indique quienes ganan con la mayoría de los votos.
*Magistrada Presidenta del Tribunal
Electoral del Estado de Michoacán
@YurishaAndrade