Cada 4 de octubre se conmemora el Día Mundial de los Animales, una fecha dedicada a honrar y proteger a todas las criaturas que comparten nuestro planeta. Esta celebración, promovida por la Organización Mundial de Protección Animal, tiene como objetivo fundamental detener la extinción de numerosas especies que enfrentan amenazas.
La primera vez que se celebró el Día Mundial de los Animales fue en Berlín, Alemania, en 1925. Esta fecha se eligió específicamente porque coincide con el día en que se celebra a San Francisco de Asís, conocido como el santo de los animales. En vida, San Francisco consideraba que todas las criaturas en la Tierra son creaciones de Dios, un mensaje que sigue siendo relevante hoy en día.
En 1980, el Papa Juan Pablo II declaró a San Francisco de Asís como el patrono de los animales, popularizando así la tradición de bendecir a las mascotas en las iglesias católicas. Esta bendición anual reúne a millones de fieles junto con sus animales de compañía para celebrar y agradecer por la presencia de estos seres en sus vidas.
San Francisco de Asís, en su juventud, pronunció palabras proféticas al afirmar que debemos entender nuestro lugar en la Tierra y reconocer la conexión entre nuestro bienestar y el de todos los animales y el medio ambiente. Aunque en su época estas ideas no fueron completamente comprendidas, hoy en día su sabiduría resuena en la conciencia colectiva.
La celebración del Día Mundial de los Animales nos recuerda que, a pesar de nuestra evolución como especie, no tenemos el derecho de negarles a otros seres vivos sus derechos y protección. Todos somos eslabones de una cadena vital conocida como el ciclo de la vida, y la destrucción de cualquier especie tiene un impacto significativo en la naturaleza que nos rodea. Esta jornada nos invita a reflexionar sobre nuestra responsabilidad compartida hacia todas las formas de vida en nuestro planeta y a trabajar juntos para su preservación y bienestar.