Derechos políticos de personas famosas
Yurisha Andrade Morales*
Los regímenes constitucionales que estructuran a las democracias modernas establecen que los derechos políticos son las facultades que tienen las personas que cuentan con la condición de ciudadanía, para votar y participar en la conformación y el funcionamiento de los órganos del Estado. En nuestro país, para ser ciudadano se requiere tener la calidad de mexicano, haber cumplido 18 años y tener un modo honesto de vivir.
Son derechos políticos, entre otros, votar y ser votado en las elecciones populares, asociarse individual y libremente para tomar parte en los asuntos políticos del país y participar en la dirección de los asuntos públicos. Esto significa lisa y llanamente, que cualquier ciudadano o ciudadana puede participar como candidato independiente o postulado por un partido político en la búsqueda de cargos de elección popular. No obstante, llama la atención que hoy como nunca antes en la historia de nuestras elecciones se genere una polémica tan amplia en torno a las declaraciones de diversos partidos que buscan postular a personajes del espectáculo y de los deportes.
En una discusión tan relevante vale tener a la vista los datos que arrojó la encuesta realizada por Parametría para el proceso electoral del 2018, cuyos resultados indican que el 78% de los ciudadanos consideran que las candidaturas de famosas y famosos solo son una estrategia de los partidos políticos para conseguir votos seguros. Otros tantos, el 58%, consideraban que no harían un buen trabajo en caso de ganar.
Frente a estas respuestas, calibradas por los partidos, se puede afirmar que estas candidaturas son coyunturales y que su objetivo es apostar por resultados que garanticen votos más allá de las capacidades presentes o futuras de los candidatos. Para analizar estos temas, contamos con herramientas que nos dota la ciencia política cuando analiza la calidad democrática que incluye la solidez de las instituciones que administran y califican la elección, la cultura política de los ciudadanos a la hora de razonar su voto y la formación de los candidatos y la rigurosidad de sus propuestas.
Así, sabemos que aunque estos personajes en ocasiones no obtengan el triunfo en las urnas, los votos que le generan a los partidos políticos por los cuales son postulados abona a mantener su registro, más ahora que a iniciativa del grupo parlamentario de Morena en la Cámara de Diputados se está impulsando incrementar del 3 al 4% mínimo de la votación válida para mantener el registro, como sucedió en 2014 cuando el porcentaje aumentó del 2 al 3%, aunado a que en el marco de la pandemia que nos aqueja a nivel mundial, los candidatos no podrán hacer actos masivos de proselitismo y qué mejor que postular a alguna persona por de más conocida, por ello, apelan al carisma de estas personalidades para atraer votos. Aunque no siempre la apuesta resulta exitosa.
Carisma es igual a votos, votos en una proporción de al menos el 3% del total es igual a conservar el registro. Max Weber consideró el carisma como la capacidad que poseen algunos individuos para producir admiración entre el público, lo que les genera un trato diferente, que hoy sería de aceptación frente al evidente desgaste de los partidos y sus políticos. Por eso esta práctica aparece en otras democracias, incluyendo las más avanzadas. Es un hecho que en México postular artistas o deportistas no es nuevo, tiene historia y resultados diferenciados, el punto es que ahora contamos por varias decenas las candidaturas posibles de estos gremios.
Entre las personalidades que han obtenido el triunfo tenemos el caso de los Estados Unidos donde Ronald Reagan, un actor de cine, fue gobernador de California de 1967 a 1975, y luego presidente de 1981 a 1989. De la misma manera, otro actor, Arnold Schwarzenegger, también gobernó California de 2003 a 2011. El último caso relevante de aquel país fue el de Donald Trump, un presentador de televisión que ganó la presidencia de aquel país para el periodo 2017-2021.
En América Latina el ejemplo inmediato es Jimmy Morales, presidente de Guatemala de 2016 a 2020. Y en Europa destacan el del cómico Vladimir Zelenski que se desempeña como presidente de Ucrania desde 2019 y el de la actriz de cine para adultos Elena Anna Staller que ganó un escaño en el parlamento italiano por el Partido Radical en 1987. Un intento fallido fue el del cómico Michel Colucci que se postuló como candidato a la presidencia de Francia en 1981, recibiendo el apoyo de intelectuales como Gilles Deleuze, Félix Guattari, Pierre Bourdieu y Alain Touraine.
En México, las personalidades del espectáculo y del deporte que han incursionado en la política se encuentran en, prácticamente, todos los partidos. En el presente proceso electoral 2020-2021 vemos a diversas figuras del ambiente artístico y deportivo como aspirantes a un cargo de elección popular, este fenómeno ya se ha venido dando en diversos procesos, incluso en varios de ellos dichos personajes han obtenido el triunfo y, por consiguiente, han ocupado una curul, un escaño, presidencias municipales e incluso gubernaturas.
Para esta contienda algunos de los nombres que suenan en las listas de quienes pretenden alcanzar un cargo de elección popular, son el de Carlos Villagrán, “Quico” del “Chavo del Ocho”, Adolfo Ríos, Adolfo el “Bofo” Bautista, Paquita la del Barrio, Romel Pacheco, o luchadores como Carístico, Blue Demon Jr. y Tinieblas.
Postular a personas famosas ha sido cuestionado, pero en el ejercicio de los derechos político electorales, cualquier persona que reúna los requisitos, siempre y cuando no se tenga ningún impedimento legal, puede ser candidata o candidato por la vía independiente o por la vía de un partido político, pero sus propuestas son las que determinarán sus posibilidades de triunfar en las urnas, incluso pueden desempeñar una excelente función.
Antes de prejuzgarlos y de realizar juicios precipitados deben conocerse sus propuestas, como sociedad debemos conocer, comparar y evaluar su formación, sus propuestas y su potencial. No todos los casos han sido de atracción mediática, incluso, recordemos que algunos de ellos ya han hecho carrera política, como María Rojo, quien ha sido delegada, senadora, diputada o asambleísta.
Ante el desencanto de la ciudadanía hacia los institutos políticos, ver nuevas caras y nombres en las boletas, ajenas a los tradicionales políticos, podría generar mayor interés y participación ciudadana.
Estos comicios conllevan diversos retos para las autoridades, los partidos y la ciudadanía, como la reelección, la paridad, la inclusión de grupos vulnerables, así como discernir cabalmente el talante de las opciones que se presentan. De este modo, por parte de la ciudadanía, al menos, se deberá apostar por la calidad de la democracia en México, por ello es importante emitir nuestro voto informado y razonado el próximo 6 de junio.
* Magistrada Presidenta del Tribunal
Electoral del Estado de Michoacán
@YurishaAndrade