#Noche de Muertos #Michoacán.- Ofrendar, en el Día de Muertos, es compartir con los difuntos el pan, la sal, las frutas, los manjares culinarios, el agua y, si son adultos, el vino. Ofrendar es estar cerca de nuestros muertos para dialogar con su recuerdo, con su vida. La ofrenda es el reencuentro con un ritual que convoca a la memoria.
Para las ofrendas de casa se coloca primero un altar generalmente dispuesto contra un muro, sobre una mesa o en el piso.
El altar de la ofrenda se diseña de forma escalonada en tres niveles, que representan al universo de los pueblos mesoamericanos, que en el caso de los purépechas se entiende como:
AUANDARHÚ. El firmamento.- Donde moraban los dioses celestes. El sol (Tatá Jurhiata), la Luna (Naná Kutsï o Naná Kuerájpiri) y las Estrellas (Jóskuecha).
ECHÉRINDO o ECHERIO. La Tierra.- Donde se encontraban los hombres que tenían que imitar las virtudes de los dioses, que eran las mismas deidades celestes que habían descendido a convivir con el hombre y que se hacían presentes en el fuego, o como espíritus que moraban en los animales del monte. El hombre nada hacía sin la voluntad de los dioes.
K’UMIENCHAKUARHU. Lugar de las Sombras.- La región inferior o el vientre de la tierra, donde se desataba el hombre al dejar la tierra, a donde bajaban los dioses del cielo y de la tierra cuando los astros morían en el poniente.
Cuando las ofrendas son grandes es común desplegarlas sobre el piso frente a los escalones del altar. En algunos pueblos se colocan petates y sobre ellos las bateas (tipo de charola), o cestos con ofrendas.
Otros elementos de la ofrenda son: pan de muerto, dulces de azúcar, un cántaro con agua, una cazuelita con sal, una cazuelita con tierra o ceniza, banderas de papel picado, productos de la tierra presentados cocidos y crudos, como frutas, alimentos preferidos por la persona que recibe la ofrenda, calabazas, chilacayote, chayote, mancuernas de maíz, etc. También se colocan fotografías del difunto y algunas ofrendas llevan prendas de vestir u otros elementos que identifiquen al difunto, como sus instrumentos de trabajo.
Si bien las ofrendas de casa varían de un pueblo a otro, algunas de las características más comunes son la colocación de una cruz al centro, en lo más alto de la ofrenda, adornada con flores de cempoalxóchitl y de ánima.
También se les da lugar en diferentes partes de la ofrenda a los candeleros con velas (los más tradicionales de los pueblos purépecha son los de barro vidriado negro, elaborados en pastillaje en Santa Fe de la Laguna), con los que se forma una cruz y al sahumerio (también de barro vidriado negro, de Santa Fe de la Laguna) con el copal encendido.
Asimismo, con pétalos de cempoalxóchitl se forma un camino que inicia en la puerta de la casa y termina en el altar, con objeto de indicar a las ánimas el camino que deben seguir para llegar a las ofrendas.
LA OFRENDA FLORAL. La ofrenda floral tradicional de los pueblos purépecha contiene los elementos de la cruz correspondiente a la cosmovisión indígena. Se forma un cuadro o marco cubierto de flores de cempoaxóchitl y en el interior del marco se forma una cruz significando los 4 puntos cardinales. El punto central de la cruz representa la unión del cielo, la tierra y el inframundo.
FUEGO: Simbolizado por la llama de las ceras (velas), representa la permanencia en la tierra de una vida que se extingue (alma). Además de iluminar a las ánimas en su retorno al mundo terrenal, el fuego simboliza la presencia del Dios Curicaueri (deidad ligada al fuego y al sol).
El fuego es también la forma de atraer a los espíritus y guiarlos hacia la luz porque según la tradición prehispánica, todavía no van al cielo quienes tienen un año o menos de muertos.
HUMO: Obtenido por medio del aromático copal, éste elemento significa la asunción del alma con los dioses, ya que el humo es su alimento.
SAL: Representa el bautismo y contribuye a evitar que el cuerpo se destruya.
COMIDAS: Son los alimentos el mayor deleite para quien se ofrenda y constituyen la base de sustento en su nueva existencia.
AGUA: Calma la sed de las ánimas y es el elemento de vida en la madre tierra. Según la tradición, los espíritus sienten sed debido a su largo viaje hacia la región de la muerte y se les ofrenda agua para que puedan continuar su camino.
TIERRA: PANES, FRUTOS Y HORTALIZAS CRUDAS: Maíz, calabaza, chayotes, panes y frutas son los alimentos que nacen en el seno de la madre tierra. Estos elementos se colocan en la ofrenda como un reconocimiento a la gratitud de la madre tierra con quien los muertos formaban una dualidad para la creación de vida: los cuerpos de los muertos servían para alimentar a la tierra, por tanto la madre tierra les agradecía a través de sus frutos. Las ofrendas de cosechas representan un atributo de Cuerauaperi (creadora y madre de los dioses; deidad de la vida y de la muerte), asegurando la existencia de la comunidad en el universo.
FLORES. Tirínguini tsïtsïki.- Cempoalxóchitl o cempasúchitl. Primero por su color amarillo semejante al oro que servía de adorno en las grandes festividades; segundo porque con flores se adorna al visitante, ya en forma de corona o colgadas al cuello.
Es la flor de los muertos. Flor de color oro, el mismo color de los rayos del sol, del Dios Curicaueri. La flor de cempoalxóchitl y la orquídea morada, conocida como flor de ánima, representan a la naturaleza, a la vida y dan vitalidad a la ofrenda en su conjunto. Los indígenas creían que el sol moría en el poniente y ahí era la región de los muertos, por lo tanto se eligió una flor con el color del atardecer.
En Michoacán esta flor se cultiva principalmente en las comunidades de Tuxpan, Huandacareo y Copándaro, aunque en la temporada cercana a la Noche de Muertos algunas personas cultivan parcelas para sus ofrendas familiares.
PETATE: Por su forma cuadricular, demarca un espacio religioso.
GOLOSINAS: Calaveritas de azúcar, “alegrías” de amaranto, etc. Son una burla a la muerte, una sátira en contra el hecho de morir, pues al fin y al cabo estas calaveras se comen.
PAN DE MUERTOS: Esta es una idea cristiana-católica, una representación de la carne a través del pan, como en la Eucaristía.
BANDERAS DE PAPEL PICADO. Se colocan para evidenciar con su movimiento la presencia del aire, como otro elemento de la ofrenda.
En el panteón, se usa poner a la cabecera de la tumba un arco de flores, en donde se colocan las fotos. Las estructuras de los arcos se venden en el mercado, son de madera, a la estructura se le “tejen” las flores, hay que cortarles un pedazo de pata y se van amarrando, con eso se forra todo el arco y se le cuelgan plátanos, chayotes, botellas de vino, panes, etc.
En lo que sería la tumba varía, puedes hacer un contorno de flor y rellenar con aserrin de colores o de flor amarilla, nube o flor de terciopelo, en la región lacustre se usa la flor amarilla y la nube, después sobre la flor o el tapete colocan todos los elementos.