Batacazo en 3D; la reflexión de Julio Ibarrola en “Punto de Encuentro”

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PUNTO DE ENCUENTRO

BATACAZO EN 3D

Por: Julio Ibarrola S.

No se le vio venir, no se sabía cómo atajarse ni se sabía su trascendencia pero el batacazo dado por el SARS-2, repercutió en el corazón mismo de la humanidad. Y aún falta por verse su duración (aún no termina), su profundidad (no ha tocado fondo) y su afectación (que ya es inconmensurable).

El mundo ya traía su propio dinamismo desde antes de su aparición y declararse pandemia, con una trayectoria muy definida. Ésta no vino más que a ser un detonante exponencial de algunas cosas y la aparición y extinción de otras.

Hay quienes añoran en demasía y esperan volver a “la normalidad”; pero ésta, no volverá porque la vida no es estática, es dinámica y “volver” a la vieja o pasada normalidad significaría que nada de lo sucedido hubiese pasado o hubiese pasado sin perjuicio alguno.

Tenemos que mentalizarnos que la “normalidad” es justo la realidad que hoy en día se vive y que no termina por cuajar o asentarse, por lo que hay que aprender a lidiar al toro.

Pero, ¿se puede hablar de un nuevo orden mundial post-covid? A mi parecer en sentido estricto, no. De entrada porque es evidente que ésta aún no termina y, más bien, la humanidad está pasando por un reacomodo general y en todos los sentidos.

Cuando ésta pase y haya transcurrido un cierto tiempo, ya pudiéramos hablar de un “nuevo” orden mundial post-covid: no me refiero a un sentido ideológico y de control de la humanidad que ya estamos viviendo, sino al reacomodo que no por ser “nuevo” y “orden” significa lo que coloquialmente entendemos por ello como algo ‘bonito’ o ‘bueno’, algo ‘padre’ o ‘cool’ o porque todo haya sido antes un “desorden”. No, para nada; si no que en ése momento estaremos ante una realidad mucho muy definida y diferente por su novedad y por su reacomodo.

El batacazo fue un golpe en seco recibido, que no deja de hacernos reflexionar sobre el tipo de sociedades y gobiernos que como ciudadanos habíamos venido permitiendo sobre todo por nuestra apatía y negligencia, por nuestra falta de empatía y compromiso social.

No cabe duda. El principal obstáculo para avanzar, para transitar a una mejor sociedad, no deja de ser el hombre mismo por su egocentrismo, su envidia y ambición desmesurada, su falta de solidaridad y participación social entre otras cosas.

Contáctame: julioibarrola@hotmail.com