Ana y su bicicleta en París, por 15 minutos; la reflexión del Doctor Salvador García Espinosa

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El Derecho a la Ciudad

ANA Y SU BICICLETA EN PARIS, POR 15 MINUTOS.

Salvador García Espinosa

El título de la columna parece evocar a una película de corte romántico, que nos hace imaginar a una niña, joven o mujer de nombre Ana, cruzando las calles de París en su bicicleta. Esta imagen, seguramente nos llevaría a imaginar como escenario un parís del siglo XIX, tal vez digno de una pintura del parís que capturó Vincent Van Gogh, Claude Monet, Toulouse-Lautrec o cualquier otro impresionista. Pero difícilmente imaginaríamos un escenario del París actual, con una población cercana a los 2 millones y medio de habitantes, que se incrementa si se considera su área metropolitana a poco más de 12 millones de personas. Es considerada por el Foro Económico Mundial, como la tercera urbe mejor gestionada del mundo.

Más que un cuadro, en el título busca sintetizar, el que es tal vez, el proyecto por demás ambicioso de corte ambientalista para cambiar una de las ciudades más importantes del mundo. ciudad la vida de millones de parisinos. La ciudad luz, desde el año 2014 es gobernada por la primera mujer alcaldesa, de origen español, llegó a Francia de apenas dos años de edad, obtuvo la nacionalidad francesa a los 14 años, cambió su nombre a Anne y ahora esta por cambiar de forma radical a París.

Se convirtió en la primera alcaldesa de la historia de la ciudad con el 54.5 por ciento de los votos. Pero lo relevante aquí es que sus primeros seis años al frente de la capital no fueron nada fácil, basta recordad los atentados terroristas del 13 de noviembre del 2015, el incendió en la catedral de Notre-Dame, las multitudinarias manifestaciones de los denominados “chalecos amarillos” y la huelga en los transportes públicos. Sin embargo, desde el 2014 que fue electa como alcaldesa, viene cosechando un éxito tras otro: ciudad más innovadora de Europa, sede de los Juegos Olímpicos 2024, ejemplo en políticas de solidaridad para los refugiados en el marco de la crisis que enfrenta Europa, satisfactorias cifras de empleo, entre otras.

La ciudad de 15 minutos

A principios de año, en el pasado mes de enero, presentó su campaña para la relección bajo el lema “París en común” y cuyo principal objetivo es limpiar el aire que respiran los ciudadanos y mejorar su vida cotidiana con el proyecto denominado la “ciudad 15 minutos” (‘Ville Du Quart D’Heure’). Se pretende que París para ser una ciudad de movilidad 100% limpia en 2030, es decir, sin vehículos de combustibles fósiles. Sus adversarios la acusan de ser la principal enemiga de los automóviles y la mencionan como nuestro drama de París”. Pero por suerte de Anne y su plan radicalmente ecologista, después de celebrada la primera vuelta de las elecciones municipales el 15 de marzo, la segunda vuelta, prevista para el 22 de marzo, se suspendió debido a por la pandemia y finalmente cuando se celebró el pasado domingo 28 de junio.

Durante el tiempo de la pandemia, los parisinos, como en muchas otras ciudades del mundo, recuperaron la escala del barrio como el ámbito más seguro de convivencia social, situación muy acorde a lo radicalmente propuesto por Hidalgo.

La idea denominada “ciudad 15 minutos” es un concepto del urbanista de origen colombiano Carlos Moreno, quienllegó a Francia a la edad de 20 años y hoy es profesor de universidades, experto internacional en la Smart City humana y en ciudades y territorios del mañana. Se debe “pasar de la planificación urbana a la planificación de la vida urbana”, lo que “significa transformar el espacio urbano, que sigue siendo altamente monofuncional, con la ciudad central y sus diversas áreas especializadas, en la ciudad policéntrica, basada en cuatro componentes principales: proximidad, diversidad, densidad y ubicuidad”.

 

La actual alcaldesa ambiciona reducir el tráfico a motor para que cualquier ciudadano pueda conseguir lo que necesite a un máximo de 15 minutos de distancia andando. Una farmacia, una tienda de ropa, un centro de salud, un bar, una ferretería o un supermercado. Comercios que todos deberíamos tener cerca de casa para, en última instancia, necesitar el coche lo menos posible. Tal y como ya ocurre en ciudades holandesas como Groningen y Utrecht.

Entre las promesas de Anne Hidalgo para los próximos seis años esta: la peatonalización del centro de París y de la zona cerca del canal Saint-Martin y la construcción de más pistas para bicicletas con el objetivo de hacer de París una ciudad 100% bicicleta. También quiere reducir la presencia de los coches en la capital, imponer como velocidad máxima 30 kilómetros por hora para vehículos en la ciudad,ampliar las zonas verdes y crear un cuerpo de policía municipal que no vaya armado.

El Medio Ambiente.

Tras conocer su triunfo, Anne expresó a los parisinos: “Han elegido la esperanza (…) Han elegido un París que respira, un París más agradable para vivir, una ciudad más solidaria que no deja a nadie al margen (…) Esta victoria tiene sentido porque es colectiva

El caso de París, demuestra que es que es posible llegar al poder y mantenerlo sobre un programa de reforma urbana radical. Siempre y cuando la población conozca el proyecto, los cambios propuestos, pero sobre todo los beneficios que obtendrán. En el mundo pos-covid-19, ni el populismo, ni la extrema derecha triunfarán, al menos hoy en Francia, la preocupación por la ecología se sitúa en el centro del debate político, lo que se traduce en un avance de proyectos ambientalistas, pues el coronavirus puede consolidar la protección del medio ambiente como prioridad para muchos votantes en el mundo.

Hoy en día las ciudades que todavía tienen como base el paradigma de la era del petróleo y su impacto en las carreteras y la planificación urbana con base en la zonificación de usos de suelo que demandan el uso de automóviles en todos lados, comienza a ver su fin. No se ignoran que se trata de política de trasformación urbana radical y que requerirá por igual una transformación de nuestro estilo de vida. A decir de la alcaldesa Hidalgo, los parisinos comprendieron que “preservar nuestra calidad de vida requiere que construyamos otras relaciones entre estos dos componentes esenciales de la vida urbana: el tiempo y el espacio”. Hoy en día todos deberíamos comprenderlo y estar dispuestos a hacer cambios radicales en pro de una mayor calidad de vida urbana.