En las últimas semanas se han producido varios incidentes durante los conciertos de varias estrellas de la música que varían en gravedad.
Bebe Rexha acabó con una herida en el rostro después de ser golpeada por un teléfono móvil que arrojó alguien del público mientras cantaba en Nueva York.
Pink se quedó de piedra al descubrir que una de sus fans había lanzado las cenizas de su madre al escenario en Londres, aunque al menos tuvo el detalle de meterlas antes en una bolsa, y Lil Nas X decidió tomarse a risa que alguien tirara a sus pies una vagina de plástico durante su actuación en Estocolmo.
Adele ha seguido de cerca esta evolución de los acontecimientos y teme que se trate de una nueva moda que pueda llegar muy pronto a su residencia en Las Vegas.
Por las buenas, ella es la persona más encantadora y divertida del mundo, pero cuando alguien la enfada, saca a relucir un carácter de armas tomar.
Cualquiera que quiera sorprenderla o gastarle una broma durante uno de sus espectáculos debería de tenerlo muy en cuenta.