Actuación apegada a la legalidad
Yurisha Andrade Morales*
La entrega de la Constancia de Legalidad y Validez de la Elección de Gobernador de Michoacán de Ocampo ocurrida el lunes de la semana pasada constituye uno de los eventos más relevantes del proceso electoral 2020-2021. Reviste un gran simbolismo que indica que todos los actos, actividades y formalidades de la elección se cumplieron conforme a las reglas establecidas en las leyes que nos rigen y, por consecuencia, fue posible entregarla al candidato que obtuvo la mayoría de los votos.
El valor histórico de este hecho obliga a formular algunas reflexiones: la historia reciente de nuestro país y de nuestra entidad es una síntesis de la construcción de una democracia por la vía de acuerdos políticos, que rechaza visiones unívocas y que impulsa la representación de todos los segmentos de la sociedad. Ese modelo democrático se refleja en reformas constitucionales que diseñaron autoridades colegiadas, especializadas en elecciones, abiertas al debate con los partidos, sin sesgos y sin favoritismos.
Desde las reformas electorales de 1989-1990, se asumió el compromiso de impulsar una profunda transformación del sistema político mexicano, abrir canales de representación para una pluralidad que habitaba la vida cotidiana, pero que no se reflejaba en los espacios de poder ni en las decisiones legislativas.Se apostó por un terreno de competencia electoral más parejo, por canchas que no inclinen la balanza en favor de nadie, por consolidar caminos reales para cosechar alternancias y por no simular ejercicios de votación, por combatir los fraudes y volver auténticas a las elecciones. Hoy los cambios de colores en el ejercicio del poder no son una invención, son el resultado de la voluntad ciudadana que decide con libertad a quien le brinda su apoyo mayoritario.
Cada voto depositado en las urnas tiene sustento en registros verificables en el padrón electoral que garantiza el principio de que toda ciudadana o ciudadano es igual a un voto. Votan personas de carne y hueso, vivas y actuantes. El voto cuenta y se cuenta bien. No hay duda de ello.
Las autoridades electorales de Michoacán hemos construido espacios para desahogar la agenda político-electoral, para procesar en un marco de respeto, la diversidad de ideas entre actores en competencia, para apoyar la coexistencia de las diferencias sin pretender anular al adversario. Si las reformas electorales son el punto de inflexión para un entorno más democrático en el país, los organismos electorales somos la palanca del cambio para traducir las reglas de consenso y sus candados de confianza en prácticas tangibles.
Con la inminente conclusión del proceso electoral estoy convencida de que hemos cumplido nuestro cometido, no hemos caído en viejas tentaciones de entregar las instituciones al poder en turno. El Tribunal Electoral de Michoacán es un órgano de control de la legalidad y constitucionalidad de los actos electorales, es el eslabón virtuoso que ha concretado avances significativos para nuestra democracia; el punto de inflexión que, junto al Instituto Estatal Electoral, dio estabilidad al Estado y certeza al procesamiento de las decisiones colectivas que requieren cauces institucionales para definir las geografías del poder político, asignarlo solo con la legitimidad que da el respaldo de la voluntad popular, con rigor incluyente, donde la diversidad de nuestra sociedad se refleje en justa dimensión, con mayorías que se hagan valer sin avasallar a las minorías.
La democracia a la que aspiramos exige resultados de los nuevos gobiernos y de la nueva representación popular. Precisamos de políticas públicas que abatan los rezagos y devuelvan la normalidad a diversas regiones del Estado, políticas incluyentes que resuelvan la problemática urgente, pero que definan un rumbo claro para el desarrollo. Actuar en contra de estas exigencias significaría traicionar la confianza de las ciudadanas y ciudadanos que volvieron a apostar por la vía democrática del voto.
*Magistrada Presidenta del Tribunal
Electoral del Estado de Michoacán
@YurishaAndrade