En Tingüindín son maestros en el arte de la panadería, muchos autores que afirman que fue el propio don Vasco de Quiroga, primer obispo y benefactor del pueblo purépecha recién conquistado, quien al reorganizar la producción de la región se le ocurrió asignar a Tingüindín la actividad panadera.
Existen una gran variedad de panes en esta región tales como son las aromáticas y tradicionales cemas, esponjadas aguácatas o sabrosas empanadas rellenas de chilacayote.
La preparación de estos panes dura al rededor de 2 días, la amasada del pan se debe hacer un día antes de la horneada para dejar reposar la masa, además hay que calentar el horno que este proceso puede llegar a tardar ya que desde las tres de la mañana tiene que encender la leña de encino que está dentro de un horno tradicional, de forma redonda y hecho de ladrillo, con una base de baldosas debajo de la cual hay un hueco cuadrangular de cemento relleno con piedra de origen volcánico llamada “paragua”.
Cabe mencionar que cada camada de pan se hornea durante unos tres minutos, cuando la temperatura del horno es de unos 200°C. Pero puede llegar a permanecer ahí hasta veinte minutos hacia el final, cuando la temperatura ha bajado a 125° centígrados.
Actualmente el pan lo puedes encontrar en la carretera o en puestos dentro de este pueblo pero tradicionalmente este pan suele elaborarse específicamente para bodas, bautizos y otros eventos, pues es parte muy importante en los ritos purépechas.
Si visitas #Tingüindín no olvides comprar un tradicional Pan pic.twitter.com/nocS5vaCzh
— Víctor Americano Noticias (@americanovictor) December 19, 2023
