El Derecho a la Ciudad
PARQUE POR CABLEBUS
Salvador García Espinosa
Recuerdo cuando estaba por salir de la primaria, que, en casa, a la hora de comer, uno de los temas recurrentes era a qué Secundaria ingresar, y en ese entonces la que gozaba de mayor prestigio, por estricta y excelente nivel académico era la Escuela Secundaria Técnica No.3 conocida por todo como “la ETI”. He de confesar que lo que más me atraía de la idea, era la cercanía con el zoológico.
En aquellos años de 1980, y ya siendo estudiante “lechero” como se nos decían coloquialmente para distinguirnos de los “chochos” que eran los estudiaban en una Secundaria Federal; me di cuenta que gran parte de la actividad extracurricular pasaba en el jardín ubicado al norte y que separaba a la ETI del actual Instituto Michoacano de Ciencias de la Educación. Se trataba un amplio espacio boscoso, en el que se llevaban a cabo las cascaritas de futbol, el tochito de americano, las reuniones de organización al finalizar las clases, los noviazgos y hasta algunas de las peleas, siempre previamente concertadas durante el día.
Años después dicho espacio fue remodelado para adquirir una imagen formal de plaza, incluso se habilitó un área de estacionamiento en todo el frente del predio. Claro que esto no fue “gratis”, pues en realidad se trató de la construcción de los edificios del CIDEM, que actualmente ocupa el Instituto de Ciencia, Tecnología e Innovación del Gobierno del Estado, así como profesionalización de la secretaria de finanzas
Hoy en día, dicha plaza se encuentra bardeada de forma temporal; quiero asumir que para salvaguardar las obras que ahí se realizan, y que corresponden a una de las estaciones proyectadas del cablebús o teleférico. El discurso promocional al respecto refiere a múltiples beneficios ambientales y sociales, pero considero que la estrategia de trazar la ruta a partir de la disponibilidad de predios “públicos” demanda un detalle de integración urbana para evitar impactos negativos previsibles.
En este último aspecto, hay que señalar que, si bien la normatividad estatal, señala que el transporte público será administrado por el Gobierno del Estado, la Constitución Política establece que es el H. Ayuntamiento el único facultado para otorgar licencias de uso de suelo, así como el funcionamiento de vialidades. Así que, en este caso, ambos serían responsables del caos que se genere, sea por acción o por omisión.
Habría que considerar que se sumarán elementos de conflicto urbano, ya generado por los usos educativos existentes. Ese tramo de la lateral de la Av. Benito Juárez, frecuentemente se encuentra saturado por los automóviles estacionados sobre el arroyo vehicular, la entrada y salida de alumnos, el transporte público y ahora habría que sumarle el flujo derivado del Cablebús, que según dice la promoción al respecto “se prevé que atienda alrededor de 18 mil y 22 mil usuarios a lo largo del día”. Flujo que, sin duda, atraerá a las rutas de transporte como para pensar en una “base”, junto con algunos vendedores ambulantes, de esos que nunca faltan. Se podría considerar como incompatible esta estación con el entorno urbano.
Esperemos a ver cómo se provee resolver el conflicto urbano, además de la estrategia para compensar la tala de árboles, la eliminación de un área verde, que de por sí son escasas en la ciudad. Aunque, a juzgar por lo hecho por la actual administración estatal, el conjunto del Centro de Convenciones que ahora se caracteriza por múltiples espacios para realización de un sinnúmero de festivales y espectáculos, que seguramente han traído ingresos y beneficios, pero cierto es que han acabado con las inmensas áreas verdes y árboles que eran del disfrute de todos los morelianos.