El Derecho a la Ciudad

METROBÚS EN MORELIA

Salvador García Espinosa

En días pasados se anunció por parte del Gobierno del Estado que próximamente iniciarán las obras del denominado METROBÚS, con el propósito de establecer una ruta de transporte que traviese la ciudad de Morelia, en sentido poniente-oriente, teniendo como punto de partida al poniente, el fraccionamiento Villas del Pedregal, y al oriente el conjunto hospitalario de Ciudad Salud. 

De acuerdo con las declaraciones a la prensa, el proyecto consiste en la construcción de tres terminales y 71 estaciones sobre 27.8 kilómetros de longitud, puentes elevados, instalación de un sistema de prepago, tecnología y otros, para cubrir una demanda de 130 mil usuarios por día en promedio. Con una inversión total de 4 mil 858 millones de pesos. 

Desconozco los detalles del proyecto, pero con la experiencia del sistema visto principalmente en Curitiba, Brasil y en Bogotá, Colombia, además de otras ciudades mexicanas, me pareció oportuno compartir algunas reflexiones en torno a este sistema de transporte, conocido como BRT por sus siglas en inglés, que significan Bus Rapid Transit o Autobús de Tránsito Rápido. 

Este sistema también se caracteriza por varios elementos, siendo los más destacados: que utiliza autobuses grandes (articulados) para transportar un alto volumen de pasajeros; los autobuses circulan por carriles reservados para ellos, evitando la congestión del tráfico general; sus estaciones son elevadas con plataformas para facilitar el acceso rápido a los autobuses; además de que el pago se realiza fuera del autobús para ahorrar tiempo y el operario no meneje efectivo.

El antecedente más remoto data de 1937 en la ciudad de Chicago con los busways, que circulaban en carriles exclusivos con el propósito de aislarlos de la congestión vial y disminuir los congestionamientos. En 1974 Curitiba, Brasil se construyen los primeros BRT del mundo, el segundo caso fue el Trolebús de Quito en Ecuador 1995; despues, tal vez el más famoso y conocido, el Transmilenio de Bogotá en 2000; en México, la primera ciudad en contar con este sistema fue León (2003), y luego siguieron Querétaro (2017), CDMX (2003), Toluca (2010), Puebla (2013), Guadalajara (2009), Pachuca (2015), Monterey (2015), Cd. Juárez (2013) y otras más. 

Su éxito se debe principalmente a que constituye una alternativa para mejorar el transporte público a bajo costo en muchas ciudades, sobre todo aquellas que cuentan con una población entre 100 mil y 2 millones de habitantes, a las que les resulta incosteable la construcción de un sistema metro.

El principio del BRT es sumamente simple y se ejemplifica así: para transportar 10 mil personas a una distancia de 1 kilómetro se requieren en promedio 4 mil vehículos aproximadamente, mismos que ocupan una superficie vial de 48 mil metros cuadrados; se demanda un consumo aproximado de 400 litros de gasolina, mientras que con vehículos articulados con capacidad de 100 pasajeros por unidad se requerirían 100 unidades, que ocuparan 3,400  metros cuadrados de superficie vial y el consumo de gasolina sería de sólo 50 litros.

Como se observa, la clave del éxito está en el tipo de vehículos. Están los denominados Articulados, tienen una capacidad total de 160 personas, 48 sentadas y 112 de pie. Los Biarticulados; estos buses tienen dos fuelles y tres cuerpos con una longitud de 28,45 metros de largo; su capacidad es de 250 personas, 62 sentadas y 188 de pie. Existen los Alimentadores con capacidad máxima de 90 personas, 35 de ellas sentadas.

Otro aspecto fundamental es la cantidad de autobuses que se pongan en circulación. La experiencia en múltiples ciudades indica que cuando se cuenta con un reducido número de autobuses, éstos circulan con menor frecuencia, lo que provoca que las unidades siempre vayan llenas, los tiempos de espera sean mayores, además de que circulan a mayor velocidad. En cambio, cuando existen muchos autobuses disminuye el tiempo de espera porque aumenta la frecuencia con que pasan las unidades, y éstas sólo se llenan ocasionalmente, además, la velocidad de traslado disminuye porque los autobuses transitan unos muy juntos de otros y saturan los carriles confinados por la misma cantidad de autobuses. En ambos casos, sea por evitar tiempo largos de espera o por buscar unidades que lleguen más rápido, los usuarios optan por buscar otro tipo de transporte público.

Se aplaude la inversión cercana a los 5 mil millones de pesos, pero sin duda es una acción remedial a un problema más de fondo. ¿A quién se le ocurrió concentrar los principales hospitales públicos en el extremo opuesto de las zonas habitacionales más densamente pobladas, el caso paradigmático es Villas del Pedregal, que concentra aproximadamente el 4% del total de la población de la ciudad y se ubica a 27 kilómetros del conjunto hospitalario?

Aprendamos de la experiencia, porque algo similar ocurrirá si con el nuevo libramiento de la ciudad se comienzan a autorizar desarrollos habitacionales alejados de todos los servicios y equipamientos. Mientras persista la falta de planeación, no habrá recursos o acciones que garanticen mejorar significativamente la calidad de vida de los habitantes de la ciudad de Morelia.