En el marco de la conmemoración del Día Nacional de la Lengua de Señas Mexicana, el legislador recordó que en Michoacán ésta permanece sin reconocimiento como patrimonio cultural La Lengua de Señas Mexicana es un derecho cultural de las personas sordas, y a través de ella la comunidad sorda en nuestro país puede hacer un ejercicio efectivo de otros derechos, recalcó el diputado Víctor Zurita Ortiz, presidente de la Comisión Especial para la Atención de Personas con Discapacidad en la LXXV Legislatura del Congreso del Estado. En el marco de la conmemoración del Día Nacional de la Lengua de Señas Mexicana, el diputado integrante del Grupo Parlamentario de Morena recordó que en Michoacán ésta permanece sin reconocimiento como patrimonio cultural. “El pasado diez de junio para mí es un día muy especial, pues se conmemora el Día Nacional de la Lengua de Señas Mexicana que es mi lengua materna; desde el 2005 cada año se celebra en México este día, pues fue hace 18 años que se le otorgó el reconocimiento oficial como una lengua nacional y pasó a formar parte del patrimonio lingüístico de la nación”. Víctor Zurita recordó que la Lengua de Señas al igual que cualquier otra, permite la libertad de expresión y el intercambio de ideas, fomenta el aprendizaje, la enseñanza, el trabajo y la participación en la vida pública y privada. “El uso de la lengua de señas es un derecho cultural de las personas sordas y constituye un factor esencial para preservar y promover entre nosotros un sentido de identidad y comunidad, es por ello que a la comunidad sorda se nos debe reconocer el derecho de definir nuestros propios rasgos culturales”. Recordó que actualmente en Michoacán la lengua de señas no es reconocida como patrimonio cultural, por lo que recientemente presentó una iniciativa para que tenga ese reconocimiento a nivel local. “La lengua de señas es el idioma original de la comunidad sorda, es nuestra lengua materna, la ventana a nuestros primeros significantes y la relación con el entorno, pero lo más importante de todo, nos permite a los sordos desarrollar un sentimiento de identidad y pertenencia porque es un canal de comunicación que nos permite ejercer de manera efectiva varios derechos, tales como la libertad de expresión, el intercambio de ideas, el acceso a la educación, al trabajo y a la participación en la vida pública, incluso también a la salud”. Víctor Zurita recordó que la comunidad de sordos cada día crece más, “según la Organización Mundial de la Salud, son más del cinco por ciento de la población mundial, es decir, 430 millones de personas las que padecen alguna pérdida de audición y requieren rehabilitación. Se calcula que en el 2050, una de cada diez personas vivirán algún grado de sordera discapacitante y la cifra podría superar los 700 millones. |