La psicopatía criminal, de Diego Urik Mañon
Opinión en breve/Lorena Cortés
Como explicar la violencia sexual que escaló a feminicida, teniendo un trato cruel, indigno y degradante, del ya declarado culpable por feminicidio por la autoridad judicial, Diego Urik, quien genero el mayor daño posible a su víctima, la Mtra. Jessica González.
Un análisis criminológico elemental del feminicida Diego Urik, parte de una personalidad
psicopática, este tipo de personalidades tienen una elevada probabilidad de vulnerar la
norma social y legal. Entre varias características de la persona psicópata es que suelen ir
por la vida abusando emocionalmente de las personas, pudiendo pasar por sutiles
humillaciones hasta el asesinato más sádico. Declaraciones de algunas de sus exparejas
sentimentales del feminicida Diego Urik, señalaron que gustaba de métodos violentos en la
intimidad, lo que incluía golpes o incluso asfixia con cinturones.
La psicopatía es un tipo de trastorno mental que se caracteriza por la alteración del carácter
o de la conducta social de una persona. Si bien no todos los psicópatas son criminales, ni
todos los criminales son psicópatas, este tipo de personalidades son potencialmente
peligrosas, sobre todo por que ignoran los sentimientos de otras personas y desarrollan
conductas crueles. Los rasgos esenciales que definen a los psicópatas son egocentrismo,
narcicismo, impulsividad falta general de inhibiciones del comportamiento, y necesidad de
poder y control; sin embargo, el contexto familiar y social de un psicópata es de especial
relevancia, ya que padres permisivos o en su caso autoritarios facilitan la impulsividad
criminal.
EL psicópata de Diego Urik fue capaz de asesinar cruelmente a su víctima sin manifestar
culpa o arrepentimiento. A este respecto no podemos omitir el papel de una probable omisión y complicidad de la familia y los amigos del feminicida. El feminicida puesto en su contexto social y de poder económico, retrata como ciertos grupos sociales que, por su condición privilegiada, suelen menospreciar las normas sociales y morales.
En un contexto de violencia generalizada en el que vivimos, se produce un efecto de
normalización y de bajos umbrales de empatía, lo que Rita Segato llama la pedagogía de la
crueldad, refiriéndose a todos los actos y prácticas que enseñan, habitúan y programan a los
sujetos a transmutar lo vivo y su vitalidad en cosas, en donde los depravadores sexuales, los
psicópatas sexuales cosifican a sus víctimas, convirtiéndolas en meros objetos al
despojarlas de su humanidad.