La Política sobre la ciudad; el análisis del Dr. Salvador García Espinoza

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En México 8 de cada 10 personas viven en una ciudad, y por esta razón resulta inevitable que el tema urbano salga a relucir en esta temporada electoral de candidatos y campañas políticas. Por esta misma razón resultará de suma importancia escuchar y analizar cuáles serán las propuestas que los diferentes candidatos harán sobre la ciudad.

Un primer aspecto relevante será resistir al optimismo que provocará escuchar que se tienen las soluciones a todos los problemas que durante años se han padecido en las ciudades. El desencanto viene después de la elección, cuando se ve que poco o nada cambia en las ciudades y, por el contrario, las problemáticas se agudizan.

La ciudad, hoy en día, se caracteriza por una segregación socioespacial de la población, es decir, la separación de la población en el territorio de acuerdo con sus recursos económicos principalmente. A grado tal, que nos permite hablar de varias ciudades dentro de una misma urbe:

• Aquella planificada, en la que se dispone de equipamientos de salud, educación, cultura, además de los servicios de agua potable, drenaje, energía eléctrica, vialidades pavimentadas, transporte público, y que concentra la mayor oferta de comercios y servicios, que a su vez constituye el núcleo principal de empleo. etc.

• A estos lugares de empleo acude en su mayoría la población que habita en otra zona de la ciudad, aquella que se caracteriza por ser la más densamente poblada y en donde la carencia de servicios básicos y equipamientos es una constante; lamentablemente esta resulta ser la más poblada y distante, pues sus habitantes tienen que destinar más de 2 horas diarias en sus traslados.

• Existe una tercera ciudad, aquella en la que sus habitantes viven entre un ambiente de vida rural y urbano, el primero, principalmente por las características de su vivienda y su emplazamiento en zonas de vocación agrícola, pero que ante el cambio de vocación de uso de suelo y el deterior ambiental, cada vez son más los habitantes de estas zonas que se emplean en la zona urbana a la que acuden de forma cotidiana.

La complejidad de la ciudad es mucho mayor a la que aquí se ha sintetizado, porque no se trata sólo de las diferencias sobre la distribución de la población, sino de los cambios en la composición de edad de la población. Los temas que hoy acaparan la agenda urbana son muy distintos a los temas que de forma tradicional se incluían en la agenda política.

La agenda política urbana que se espera ver en las propuestas políticas debe versar sobre la vulnerabilidad de las ciudades frente al cambio climático, aquellas acciones tendientes a propiciar una mayor resiliencia urbana, el tema del déficit habitacional se complejiza por los millones de viviendas deshabitadas y que, lejos de contribuir a abatir el déficit existente entre la población de menos recursos económicos, ahora constituyen un problema de inseguridad en los desarrollos habitacionales.

El tema de movilidad urbana resulta particularmente relevante, y no se resolverá incentivando el uso de la bicicleta ni construyendo más ciclovías, sino transformando de forma radical el transporte público en su operación, unidades, diseño de rutas, y sobre todo la incorporación de los avances tecnológicos que beneficien a los usuarios.

La mejora de la calidad ambiental de las ciudades será cada vez más una prioridad ante los efectos del Cambio Climático, y su atención pasa por la eficiencia en el funcionamiento de vialidades, la generación de más áreas verdes, la reducción del uso de vehículos automotores particulares; sobre todo, la conservación de las áreas de interés ambiental como lagos, ríos, bosques que circundan la mancha urbana.

Garantizar el funcionamiento de la ciudad constituye uno de los aspectos fundamentales de la competitividad urbana y, por lo tanto, de la posibilidad de captar inversiones. Aspectos como seguridad, niveles de servicio en infraestructura básica por lo que resultará necesario e impostergable una inversión significativa para renovar y mejorar la infraestructura básica que hace posible la distribución de agua potable, además de incrementar el porcentaje en el tratamiento de aguas residuales, entre otros aspectos.

Finalmente, hay que señalar que lograr el objetivo de mejora en la calidad de vida de los habitantes de la ciudad debe ser el objetivo de todo gobierno y, para ello, se debe partir de la necesidad de generar nuevas formas de financiamiento, pues las tradicionales provenientes de los impuestos y las participaciones federales cada vez resultan más insuficientes.