Cada año, los días 8 y 9 de mayo están dedicados a honrar la memoria de quienes fallecieron durante la Segunda Guerra Mundial, como parte de las Jornadas de Recuerdo y Reconciliación impulsadas por la ONU.

Estas fechas tienen un fuerte simbolismo histórico. El 8 de mayo de 1945, la Alemania nazi firmó su rendición, poniendo fin al conflicto en Europa. No obstante, debido a la diferencia horaria, en Moscú ya era 9 de mayo, día que pasó a ser el Día de la Victoria en Rusia y varios países del este europeo. Esta diferencia refleja las múltiples vivencias de las naciones involucradas.

Con aproximadamente 60 millones de víctimas, entre civiles y militares, la Segunda Guerra Mundial es considerada el conflicto más mortífero de la historia reciente. La ONU, nacida tras este evento, estableció estas jornadas mediante la resolución 64/257 para promover la memoria, la paz y la reconciliación entre los pueblos, invitando a gobiernos y ciudadanos a recordarlas de forma significativa.

A más de siete décadas del fin de la guerra, el llamado sigue vigente: aprender de los errores del pasado, honrar a las víctimas y reafirmar el compromiso global con los derechos humanos, la cooperación y la no repetición.