PUNTO DE ENCUENTRO
GENEROSIDAD
Por: Julio Ibarrola S.
Hoy quiero comenzar agradeciéndoles a ustedes amigos, conocidos y público en general que me leen semana a semana y me hacen llegar sus comentarios sobre los artículos publicados en las redes sociales.
Muchas gracias por acompañarme a lo largo de éste primer año que ya se ha cumplido escribiendo mi columna Punto de Encuentro. Nunca imaginé hacerlo y menos cumplir mi primer aniversario.
Y hago público mi agradecimiento también, al culpable de haber desarrollado ésta faceta en mi vida personal y profesional a: Víctor Americano, muchas gracias; que con hechos has mostrado la generosidad de tu persona que es algo que te caracteriza y la lealtad de tu amistad; quién hace una año repentinamente me llamara y así como va, sin anestesia, me dice: ¿por qué no escribes? Y yo: porque no sé, yo no escribo, que voy a decir, alguna vez lo hice muy ocasionalmente de estudiante, etc.
Escuchándome atenta y tranquilamente, me dejó terminar de hablar y al finalizar me dijo: ok, espero tu colaboración (dándome los detalles digamos técnicos) y me colgó. Y bueno, eme aquí ahora escribiendo. Y ahora hasta en otros dos medios más: electrónico e impreso.
Y es que la generosidad es una de las grandes virtudes del ser humano que significa por un lado, dar sin esperar ni ser recompensado y por otro lado, quién recibe ha de agradecer lo recibido.
En ambos casos, se antepone el bien personal por el bien del prójimo tanto en referencia a lo material como a las cualidades y talentos. Suele asociársele al altruismo, a la solidaridad y a la filantropía. Y es la contraparte al egoísmo y al orgullo y a la avaricia y tacañería.
Sentir la felicidad de los demás como propia, es algo inconmensurable, es algo que nos llena el alma y que todos de alguna manera y alguna vez en nuestras vidas hemos sentido esa paz interior que conlleva.
Si bien es cierto que no tiene límites establecidos como fronteras físicas territoriales en sí, si se ve claramente influida por el entorno social y/o contexto o circunstancia así como la intencionalidad con la que se hace.
Y en estos momentos de encierro y distanciamiento social vivido por la pandemia del Covid-19, nos ayuda a reflexionar para poner en práctica y reforzar el ejercicio de las virtudes elementales y fundamentales del ser humano, que por la dinámica del ajetreo e individualismo de la vida “moderna” hemos hecho a un lado.
Queda claro que ésta pandemia quedará registrada en los anales de la historia de la humanidad como un parteaguas, habrá claramente un antes y un después.
Es difícil saber a qué mundo nos vamos a encontrar saliendo de ésta cuarentena u octogésimo día de encierro (por aquello de la fase 3). Pero el mundo y nosotros mismos ya no seremos igual.
Estaremos viviendo una crisis económica mundial y por ende un reacomodo de fuerzas, hasta en lo político: por el desgaste generalizado de los partidos políticos, especialmente de los que ostentan el poder.
Se establecerán nuevas formas de convivencia y de trabajo así como nuevos usos y aplicaciones tecnológicas. Habrá una mayor sensibilización sobre la preservación del medio ambiente aprovechando su mejoría.
Comienza haber una conceptualización diferente del espacio humano y del tiempo, así mismo del manejo de protocolos y sistemas del sector salud. Habrá una mayor conciencia y participación ciudadana.
Y así pudiéramos seguir haciendo una larga lista de cosas y el desglose de lo que ello implica. Lo que es claro para todos es que ya nada será exactamente igual, irá habiendo cambios paulatinos o no, nadie sabe.
Pero en todos comienza a surgir un anhelo y sentimiento de esperanza y solidaridad que habremos de saber capitalizar para cimentar el nacimiento de una nueva sociedad, llena de cosas positivas y mejores.
Contáctame: julioibarrola@hotmail.com