Aquila, Mich.-19 de agosto de 2019.- Michoacán se vive, se visita, se contempla, se palpa y, claro que sí, se degusta, un ejemplo de ello son las langostas en la playa de Pichilinguillo, el mejor lugar para ello es el Restaurante Javier.
La principal especialidad son las langostas a con la receta de la casa o la mantequilla, recién pescadas por los pobladores de la zona, su frescura es sin igual, aunque también pueden ser preparadas al gusto del cliente.
Claro que si se hace de la boca chiquita puede probar los camarones, en sus diferentes variedades, a la diabla al mojo de ajo y demás, cocteles.
El sazón es respaldado por los 37 años de experiencia en el servicio del restaurante fundado por doña Enedina Mendoza y el señor Javier Mendoza, para alimentar a trabajadores que iban de paso por la costa y ahora también atienden a turistas.
A lo anterior se suman quesadillas de camarón y pescados. El sitio también cuenta con habitaciones para hospedaje del público, para de esta manera ofrecer el mayor confort a los visitantes.
Todo esto enmarcado en las aguas de Pichilinguillo, llamada la alberca marina, por los viajeros que ahí llegan, por la tranquilidad de sus aguas.
Pichilinguillo, sin duda es una parada obligada, para quien quiera conocer la costa michoacana.