Estructura vial, más que calles y avenidas; hoy en El Derecho a la Ciudad de Salvador García Espinosa

851

El Derecho a la Ciudad

ESTRUCTURA VIAL, MÁS QUE CALLES Y AVENIDAS

Salvador García Espinosa

La mejor forma de comprender la relevancia que tiene una estructura vial en una ciudad, es conceptualizar a la ciudad como un cuerpo humano, en dónde su crecimiento estará en función del desarrollo de los músculos y huesos, para el caso de la ciudad los primeros corresponderían a los diferentes usos de suelo y la infraestructura sería como los huesos porque sostienen la expansión de la ciudad. En este contexto y como parte de la infraestructura, las calles y avenidas conforman la estructura vial que, de acuerdo con el ejemplo, sería como el sistema circulatorio, que permite la irrigación de cada músculo.

El ejemplo anterior, permite ilustrar la idea general de la importancia de contar con un sistema vial eficiente que permita el correcto funcionamiento y crecimiento de la ciudad. Cuando no existe, la ciudad comienza a manifestar problemas de circulación en algunas zonas o más específicamente en algunas de sus principales vialidades ¿Cuántas veces nos vemos obligados a transitar, por tal o cual vialidad, aún sabiendo que se encontrará saturada y el flujo vehicular será muy lento?

En la mayoría de las ciudades, los gobernantes en turno, han privilegiado la construcción de vialidades primarias o importantes, pero han descuidado la generación de una estructura vial secundaria o menor, que permita integrar las diferentes zonas de una ciudad, sin la necesidad de utilizar las pocas vialidades primarias. Lo anterior queda de manifiesto cuando al llevar a cabo obras en vialidades o cruceros viales importantes, se colapsa el funcionamiento vial de buena parte de la ciudad, además claro esta, que pocas veces las autoridades contemplan e informan sobre las posibles rutas alternas.

Otro de los factores que, ha contribuido a conformar una estructura vial deficiente, es la autorización de fraccionamientos y desarrollos habitacionales, que no contemplan vialidades de integración hacia los predios vecinos; bajo el concepto de edificar conjuntos habitacionales “privados” o “seguros” se generan bardas perimetrales y sólo se resuelve el acceso y salida al predio, con las consecuentes de fragmentación para la ciudad.

Bajo una perspectiva técnica, existe varios indicadores que permiten diagnosticar si una ciudad cuenta con una estructura vial acorde a sus necesidades. El primero de ellos se denomina densidad vial y se obtiene de medir la longitud de las vialidades por kilómetro cuadrado en el área urbana, el estándar recomendado por ONU-Hábitat es de 20 km/km2.

Aún más importante que el anterior, es el indicador sobre la densidad de la interconexión vial pues este indicador considera la cantidad de intersecciones (cruces entre dos o más vialidades), por cada kilómetro cuadrado, el rango propuesto por ONU-Hábitat es de entre 100 y 140 intersecciones por kilómetro cuadrado. Lo anterior, bajo el supuesto de que un mayor número de intersecciones implica un menor tamaño de las manzanas y, por lo tanto, un mayor número de lugares donde los automóviles deben detenerse y los peatones pueden cruzar.

La atención de los indicadores anteriores debe permitir a los gobernantes en turno, comprender que los problemas viales de la ciudad no se resolverán sólo construyendo pasos a desnivel, distribuidores viales o ampliación de vialidades principales.

Algunas de las consideraciones que deben tenerse presentes para mejorar la estructura vial de cualquier ciudad, son las siguientes:

  • La efectividad de una vialidad se mide por su continuidad y no por la amplitud de su sección.
  • El objetivo de las obras viales debe ser garantizar la continuidad vial y no aumentar el límite de velocidad de traslado.
  • Mantener una sección homogénea, que evite pasar de tres carriles a dos o uno. La irregularidad de la sección vial genera conflictos viales que dificultan la fluidez vial.
  • Evitar vueltas izquierdas. Está comprobado que facilitar la vuelta izquierda disminuye la efectividad de una vialidad en más del 60%. Debe evitarse la modificación de camellones centrales para dar acceso a negocios, así como aquellas en vialidades donde no se cuenta con carriles de incorporación, aún y cuando el semáforo indique flecha para vuelta izquierda.
  • Debe respetarse la continuidad en las obras viales, Las administraciones municipales deben concluir y dar continuidad a las obras de administraciones pasadas.

Por último, es preciso que las autoridades, hagan valer las facultades que le confiere la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, para realizar las afectaciones a particulares que permitan la continuidad de vialidades o la regularización de secciones, generar vueltas continuas a la derecha y demás acciones que permita entre otras muchas cosas, disminuir el tiempo que cada uno de nosotros se ve obligado a invertir cada día, para trasladarnos de la casa al trabajo o escuela, así como la contaminación que ocasionan las deficiencias en la estructura vial.