
El 9 de julio se conmemora el Día Internacional de la Destrucción de Armas de Fuego, una fecha promovida por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para sensibilizar sobre la necesidad de reducir la proliferación de armas pequeñas y ligeras en el mundo, consideradas uno de los principales factores de violencia y conflictos armados.

El objetivo de esta jornada es fomentar acciones concretas de desarme, como campañas de recolección voluntaria de armas, programas de recompra y eventos públicos donde las armas decomisadas son destruidas de manera simbólica y efectiva. La ONU destaca que la eliminación segura de estas armas no solo previene delitos y conflictos, sino que también salva vidas y promueve comunidades más seguras.

Según datos del organismo, hay más de mil millones de armas de fuego en circulación en el mundo, de las cuales el 85% están en manos de civiles. En regiones afectadas por conflictos o altos niveles de violencia, el control de armas se convierte en un paso clave hacia la paz y el desarrollo.

Este día también busca reforzar el cumplimiento del Programa de Acción sobre Armas Pequeñas adoptado por la ONU en 2001, y alienta a los Estados a fortalecer la regulación, el registro y el marcaje de armas, así como la cooperación internacional en la lucha contra el tráfico ilícito. Estas actividades que envían un mensaje claro: destruir armas es construir paz.
