EL DERECHO A LA CIUDAD
Determinantes Sociales de la Salud
Por Salvador García Espinosa// Hace apenas unos días el Presidente de la Republica, con su acostumbrada estridencia de sus declaraciones, señaló durante un recorrido por hospitales rurales de Michoacán, que se requerían médicos y por lo tanto buscaría ampliar la matricula en escuelas y facultades. De forma inmediata, como es costumbre, se formaron diversas corrientes de opinión. Los gremios representativos de los médicos, señalaron que lo verdaderamente necesario es la contratación y el otorgamiento de plazas, pues hay médicos titulados, incluso con especialidad, pero sin trabajo. Otros argumentan que es una estrategia que prepara la llegada de médicos cubanos al País, algunos más, vieron en las declaraciones una amenaza para efectos presupuestales, sobre las instituciones de educación superior.
Lo complejo de la Salud
Sin duda alguna, que las diversas opiniones sobre la problemática de salud, son válidas pues de una u otra forma, todo incide directa o indirectamente sobre nuestro estado de salud. Al leer las notas respecto de esta discusión recordé una plática que tuve hace algunos años con el Dr. Rui Pérez Tamayo, miembro del Colegio Nacional y una de las máximas autoridades en el ámbito médico. El encuentro fue a propósito de una campaña que impulsaba, sobre hábitos alimenticios, una parte de esta campaña consistía en obsequiar a los niños de primaria un pequeño reloj de arena, cuya duración era de 30 segundos, con la finalidad de que los niños los llevaran a su casa y a la hora de comer, los utilizaran para masticar cada bocado de alimento por este periodo de tiempo como mínimo y de llevarse a cabo, mejorar el habito de alimentación, pues mejoraría la nutrición y digestión, con lo que se combatiría la obesidad infantil; sin necesidad de aplicar dietas. No oculto la sorpresa que me causo ver que una eminencia médica como él, estuviera promoviendo algo que considere fuera del ámbito médico.
Poco después, de este encuentro y a propósito del interés sobre las grandes brechas en mortalidad y morbilidad entre poblaciones urbanas y rurales, así como entre diferentes regiones en un mismo país, me entere que efectivamente, desde hace poco más de 10 años, se comenzó a tomar conciencia de que el nivel de salud de una población no depende directamente de los servicios de atención sanitaria, ni de los médicos; sino de otros factores sociales y económicos, como la clase social, las condiciones laborales, el entorno, el origen étnico, la marginación o la carencia de los servicios básicos tales como drenaje, electricidad, pavimentación y transporte público. A todos estos factores se les denomina Determinantes Sociales de la Salud (DSS)
Determinantes Sociales
De acuerdo con el Organización Mundial de la Salud, los Determinantes Sociales de la Salud (DSS), se definen como “las condiciones en que las personas nacen, crecen, alimentan, viven, educan, trabajan, divierten, envejecen y mueren”. Según la edad y sexo, los estilos de vida, las actitudes y conductas de riesgo, condicionan la salud, la propensión de enfermar, rehabilitarse y la esperanza de vida. De ahí que los grupos sociales desfavorecidos sufren una carga más pesada de enfermedad que otros en mejores condiciones, experimentan el comienzo de las enfermedades y discapacidades a edades más tempranas y tienen menos oportunidades de supervivencia.
Lo anterior pudiera parecer obvio, pero en un sistema como el nuestro, donde la planeación, los programas y los recursos financieros se distribuyen de forma sectorial, resulta prácticamente imposible llevar a cabo, pues aún no se logra asumir como la base de la política en materia de salud. Pues si bien la responsabilidad de mantener y preservar la salud de las personas como una responsabilidad del Gobierno, también es cierto que muchas de las condiciones, de las causas y de los factores que afectan el estado de salud o de enfermedad de las personas, no están ni en manos del médico, ni dentro del Sector Salud, son condiciones externas. Por ello la necesidad de abrir la perspectiva y tener una visión amplia que incorpore desde el enfoque de determinantes sobre aquellos aspectos económicos, sociales, demográficos, políticos, sociales, antropológicos y culturales que influyen en la salud.
La obesidad
De igual forma, existen aspectos “de salud” cuyo impacto rebasa por mucho el ámbito del Sector, tal es el caso del gran desafío que representa la prevalencia de obesidad y sobrepeso y hay que decirlo de manera muy clara, cuando se habla de que el sobrepeso, la obesidad, la diabetes están afectando al rendimiento escolar de los estudiantes, la productividad laboral y la competitividad económica del país, no se trata sólo de un problema de salud, se refiere a un problema de viabilidad nacional que pone en riesgo nuestro futuro como nación.
Si bien como muchos otros países México buscó transitar de las enfermedades infectocontagiosas, a escenarios donde dominen las enfermedades crónicas degenerativas, como es el caso de países desarrollados; en nuestro caso, esta transición se vio afectada por la diabetes, considerado como el indicador inequívoco de los mexicanos vivimos mal y comemos mal. El sobrepeso ya afecta a niños y estos serán adultos jóvenes enfermos, esto puede constituir un retroceso en materia de salud pública, pues por primera vez esta generación tendría menores probabilidades de vida que sus padres.
La prevalencia de enfermedades crónicas no transmisibles, nos plantea considerar que la mayoría de ellas son evitables, por esto la relevancia de hablar de Determinantes Sociales de la Salud (DSS), porque es ahí, en el contexto cultural de los hábitos de vida, los cambios culturales y la educación en donde debemos prevenir y disminuir esos factores de riesgo y en consecuencia la carga de discapacidad y de enfermedad.
Aspectos como la promoción de la alimentación correcta en las escuelas y el acceso a agua potable, adquiere gran relevancia; En un libro publicado por la Academia Mexicana de Medicina al respecto de las condicionantes sociales sobre la salud en México, se indica con toda claridad que las escuelas son centros obesigénicos, pues se ofrecen alimentos con calorías que superan en tres veces lo que un niño debe consumir en un día.
Debemos actuar sobre cambios en nuestro estilo de vida, un ejemplo es el cine, espacio obesogénico por naturaleza, dos horas sentados en butacas cada vez más cómodas, una oferta de alimentos cada vez más grande, ya no son bolsas de palomitas, sino cubetas, los refrescos se nos venden por litros y nos indican que el más grande sale más barato, “Este le cuesta $20 pesos, pero por $5 pesos más se lleva el grande de 1.5 litros”, pareciera que uno es tonto sino consume el combo más grande, esto es un problema de inducción de demanda que va a tener repercusiones en la salud, pero que es inalcanzable para el sector Salud.
El reto
Como se observa, seguramente lo que el presidente vio, fue una muestra más de la falta de planeación de nuestro país, donde se invierte en obras, que son las más baratas y las que más lucen, pero no en plazas para personal, medicamentos y mucho menos en mantenimiento de las instalaciones. Pero no es un asunto de médicos, el problema es por demás complejo y más si consideramos que el modelo con el que surge nuestro sistema de salud es el que domina en el mundo, es el curativo, el que está centrado en la enfermedad, un modelo reactivo. Hoy debemos cambiar a una visión basada en la prevención y en la promoción de la salud, pero esto sólo será posible si se asume como un reto integral, multisectorial el asunto de la Salud, para que los diversos programas de gobierno, sean federales, estatales o municipales y desde cualquier secretaria o sector, contribuyan a darle sustentabilidad al modelo de Salud y a mejorar las condiciones de vida de la población.