Esta semana, el órgano regulador de la salud en Ontario (Canadá) revocó la licencia médica del especialista en fertilidad Bernard Norman Barwin, después de determinar que usó su propia esperma para inseminar a cuando menos 11 mujeres y utilizó semen distinto al previsto en otras de sus pacientes. El médico, hoy de 80 años, no asistió a la audiencia en su contra y a través de sus abogados se declaró culpable, según el medio canadiense CBC.
El comité disciplinario, además de revocarle la licencia, le ordenó pagar una multa de 10.730 dólares en un plazo máximo de 30 días. El comportamiento de Barwin, que se prolongó por décadas, fue calificado de “repugnante” y “reprochable” durante la audiencia, en la cual también se consideró “vergonzoso” que no asistiera para enfrentar a las víctimas.
Algunas mujeres con dos o más hijos y que fueron atendidas por Barwin descubrieron que sus pequeños eran solo medio hermanos, a pesar de solicitar usar el mismo donante. En otros casos, los hombres se dieron cuenta de que los hijos que habían criado no eran biológicamente suyos.
“Me sentí sucia, casi como si me hubieran violado”, dijo una de las pacientes ante la comisión. En una declaración escrita, un hombre dijo que al descubrir que el padre biológico de su hija era el médico de fertilidad se sintió “devastado”.
Con información de www.actualidad.rt.com