El 1 de noviembre, diversas partes del mundo conmemoran el Día de Todos los Santos, una fecha de gran importancia en la tradición católica que tiene como objetivo rendir homenaje a todos los santos que han existido a lo largo de la historia, así como a las almas que han superado el purgatorio y ahora se encuentran en el reino celestial.
¿Cuál es el origen de la celebración del Día de Todos los Santos? En los primeros tiempos de la iglesia, se solía conmemorar el día de la muerte de un mártir que sacrificó su vida por la obra de Dios. Sin embargo, tras la Persecución de Diocleciano, también conocida como la Gran Persecución, durante la cual un gran número de cristianos perdieron la vida a manos del ejército romano, la Iglesia se vio obligada a unificar la celebración de sus mártires en una sola festividad.
Así, el Día de Todos los Santos se ha convertido en una ocasión especial para reflexionar sobre el legado de aquellos que han dedicado sus vidas a la fe, así como para recordar y honrar a los seres queridos que han partido hacia la vida eterna.
A través de rituales religiosos y oraciones, los creyentes expresan su gratitud por las enseñanzas y el ejemplo de los santos, fortaleciendo así su conexión espiritual con la fe católica.